El presidente del Consejo Estatal Agroalimentario de Aguascalientes (CEAA), Gerardo Salas Díaz, afirmó que 2025 ha sido un año positivo para el campo local gracias a las recientes lluvias, que favorecieron la recuperación del hato ganadero y mejoraron las condiciones de pastoreo tras años de sequía.
Salas Díaz explicó que el estado llegó a perder más del 50% de su hato durante la sequía, pero las lluvias de este año han permitido una recuperación gradual. Sin embargo, advirtió que la combinación de buen pasto y menor cantidad de ganado incrementará el riesgo de incendios al inicio del próximo año.
En el ámbito agrícola, destacó que la producción ha sido histórica en cultivos como el maíz, lo que ha presionado los precios a la baja. Esta caída se acentúa por el fortalecimiento del peso frente al dólar, que abarata las importaciones y coloca en desventaja a los productores nacionales. Señaló que estos temas se están atendiendo y en balance, “ha sido un buen año”.
El líder del CEAA señaló que el estado tiene condiciones privilegiadas, ubicación logística, clima y seguridad, que le permiten posicionarse como un productor de alimentos de alta calidad, con capacidad para abastecer mercados más rentables dentro y fuera del país.
Recordó que actualmente existe una creciente participación de empresas locales en sectores como transporte, frigoríficos y agroindustria, lo que ha fortalecido la cadena de valor del campo. “Aguascalientes tiene mucho potencial para seguir enviando alimentos a cualquier parte del mundo”, afirmó.
Salas Díaz señaló que la exportación de ganado hacia Estados Unidos enfrenta complicaciones derivadas de problemas de sanidad animal, gusano barrenador, registrados en el sureste del país. Dijo que este año se han dejado de exportar alrededor de 800 mil becerros, lo que impacta directamente a los productores mexicanos.
Atribuyó la situación a una baja en los controles sanitarios federales, agravada por recortes de personal especializado. No obstante, estimó que Aguascalientes podría mantenerse fuera de zonas de riesgo. “Es una alerta que tiene que atenderse con coordinación entre el gobierno federal, los estados y las organizaciones ganaderas”, enfatizó.




