En el emocionante mundo del fútbol mexicano, pocos jugadores han capturado la imaginación de los aficionados como Roberto Carlos Alvarado Hernández, apodado cariñosamente “El Piojo”. Nacido el 7 de septiembre de 1998 en Salamanca, Guanajuato, este talentoso extremo izquierdo de 27 años ha tejido una historia de superación, velocidad endiablada y goles espectaculares que lo han convertido en un ídolo nacional. Desde sus humildes comienzos en divisiones inferiores hasta sus conquistas continentales y su rol estelar en la Selección Mexicana, la trayectoria de Roberto Alvarado es un relato de perseverancia y pasión que inspira a millones.
El nacimiento de un talento en Celaya
La aventura de Roberto Alvarado en el fútbol profesional se forjó en el polvoriento Estadio Miguel Alemán de Celaya, un semillero de sueños en el Bajío mexicano. A los 15 años, en 2013, se unió a las fuerzas básicas del Club Celaya, equipo de la Liga de Ascenso. Bajo la tutela de entrenadores que reconocieron su velocidad explosiva y su habilidad para desbordar por la banda izquierda, Alvarado debutó con el primer equipo en la temporada 2015-2016, a los 17 años. En tres temporadas con los Toros (2013-2016), disputó 50 partidos oficiales, anotando 10 goles y repartiendo asistencias clave que lo posicionaron como una promesa del balompié azteca. Su estilo driblador, con regates impredecibles y centros precisos, lo comparaban con leyendas como Cuauhtémoc Blanco. En la temporada 2016-2017, ayudó a Celaya a pelear por el ascenso a la Primera División, aunque el equipo no lo logró. Aquella etapa formativa no solo pulió su técnica, sino que le enseñó el valor de la disciplina en un entorno competitivo. En julio de 2017, su traspaso al Club de Fútbol Pachuca marcó el fin de una era y el inicio de su explosión en la élite.
La explosión en Pachuca
El Estadio Hidalgo de Pachuca se convirtió en el escenario de la consagración temprana de Roberto Alvarado. Debutó con los Tuzos el 22 de julio de 2017, en un empate 0-0 ante el Club Tijuana, y rápidamente se ganó un lugar en el once inicial gracias a su versatilidad como mediocampista ofensivo. En solo nueve meses con Pachuca (temporada 2017), jugó 11 partidos de liga, anotando un gol y demostrando su olfato goleador en momentos clave. Pero el verdadero brillo llegó en la escena internacional.
Como parte del plantel de los Tuzos, Alvarado contribuyó al histórico triunfo en la Liga de Campeones de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (CONCACAF) 2016-2017. Aunque su participación fue limitada, levantó el trofeo en la final contra el Club Monterrey el 26 de abril de 2017, un 1-0 que clasificó a Pachuca al Mundial de Clubes de la FIFA en los Emiratos Árabes Unidos. Aquel título, su primero a nivel de clubes, lo catapultó a la fama y le abrió puertas en la Selección Mexicana sub-21. En diciembre de 2017, tras un préstamo breve, se concretó su transferencia al Club Necaxa, donde el joven de 19 años estaba destinado a forjar su reputación como un guerrero incansable.
La etapa en Necaxa
El regreso de los Rayos a la Primera División en 2017 coincidió con la llegada de Roberto Alvarado, quien se unió en calidad de préstamo en diciembre de ese año. En el Estadio Victoria de Aguascalientes, debutó el 6 de enero de 2018 contra el Club América, y desde entonces se convirtió en un pilar del mediocampo. Durante la temporada 2017-2018, disputó 37 partidos en total (26 en liga), anotando 2 goles y proporcionando asistencias que iluminaron el ataque necaxista.S u contribución fue decisiva en la Copa MX del clausura 2018, el primer título de su carrera individual en un torneo de eliminación directa. En la final del 2 de mayo de 2018, Necaxa venció 1-0 al Toluca en el Estadio Victoria, con Alvarado como figura en el mediocampo, controlando el ritmo y defendiendo con garra.
Aquella copa no solo evitó el descenso del equipo, sino que le dio a Alvarado su segundo trofeo en menos de un año. Con un 70% de efectividad en pases y una media de 2.5 regates por partido, su paso por Necaxa (hasta junio de 2018) lo consolidó como un jugador completo, listo para el siguiente gran salto. En julio de 2018, por 4 millones de dólares, firmó con el Cruz Azul, un club con sed de gloria tras décadas de sequía.
La gloria con el Cruz Azul
La máquina celeste recibió a Roberto Alvarado como una joya de 19 años, y él respondió con una de las etapas más prolíficas de su carrera. Debutó el 14 de julio de 2018 en un empate 0-0 ante el Club León, y en 143 partidos hasta 2022 (120 en liga), anotó 19 goles y dio 20 asistencias, convirtiéndose en el motor creativo del equipo. Su zurda mágica y su capacidad para jugar por ambas bandas lo hicieron indispensable bajo los entrenadores Pedro Caixinha y Juan Reynoso.
El clímax llegó en el Clausura 2021, cuando Alvarado fue clave en el título que rompió 23 años de sequía para Cruz Azul. Aquel campeonato, su primero en la liga máxima, lo inmortalizó como héroe cementero.
Además, levantó la Copa MX en el Apertura 2018-2019 y la Supercopa MX del 2019 tras una contundente victoria 4-0 sobre el Necaxa, además de que fue parte del primer equipo campeón de la Leagues Cup en 2019 en la que derrotaron a los Tigres por marcador de 2-1. En la Copa por México 2020, también sumó un trofeo en plena pandemia, demostrando resiliencia.
Sin embargo, tensiones contractuales y la búsqueda de minutos llevaron a su salida en enero de 2022. Con Cruz Azul, Alvarado no solo ganó tres títulos domésticos, su legado en La Noria es el de un jugador que transformó una sequía en euforia colectiva.
La actualidad en Chivas
En enero de 2022, Roberto Alvarado firmó con el Club Deportivo Guadalajara por 5 millones de dólares, regresando a sus raíces mexicanas puras y uniéndose a un equipo icónico con 12 títulos de liga.
Debutó el 8 de enero contra el Club Tijuana, y desde entonces ha disputado 148 partidos hasta noviembre de 2025, anotando 31 goles y consolidándose como el extremo titular. Bajo entrenadores como Óscar García Junyent, Fernando Gago y ahora Gabriel Milito, Alvarado ha sido el alma ofensiva de las Chivas, con regates espectaculares y goles de chilena que han viralizado en redes sociales. En la temporada 2024-2025, lideró al Rebaño Sagrado al play-in de la Liga MX y alcanzando los cuartos de final en el Apertura y contribuyendo con 3 goles y 3 asistencias. Su versatilidad le permite jugar como mediapunta o lateral ofensivo.
Con 172 centímetros de estatura, su agilidad compensa cualquier desventaja física, y su lealtad a Chivas lo ha convertido en un ídolo tapatío.
Carrera en la Selección Mexicana
La camiseta verde de la Selección Mexicana ha sido el escenario donde Roberto Alvarado brilla con luz propia. Debutó el 15 de junio de 2019 en un amistoso contra Ecuador, y desde entonces acumula 62 partidos y 5 goles hasta noviembre de 2025. Su primer gran torneo fue la Copa Oro de la CONCACAF 2019, donde, como suplente, levantó el trofeo tras la victoria 1-0 sobre Estados Unidos en la final. En 2023, ya como titular bajo Jaime Lozano, fue clave en la tercera Copa Oro. El 2025 trajo su tercer título consecutivo en la Copa Oro, venciendo 2-1 a Estados Unidos en la final del 6 de julio en el Allegiant Stadium de Las Vegas, con Alvarado como figura en el mediocampo. Participó en la Copa Mundial de la FIFA 2022 en Qatar, jugando dos partidos en la fase de grupos, y en la Copa América 2024, donde México alcanzó cuartos de final.
Un palmarés envidable
La vitrina de Roberto Alvarado rebosa de trofeos que reflejan su impacto: tres Copas Oro de la CONCACAF (2019, 2023, 2025) con México; la Liga de Campeones de la CONCACAF 2016-2017 con Pachuca; el campeonato de la Liga MX Clausura 2021 con Cruz Azul; la Copa MX Apertura 2018-2019 con Cruz Azul; la Copa MX Clausura 2017-2018 con Necaxa; y la Supercopa MX 2019 con Cruz Azul. En total, nueve títulos que lo colocan entre los jugadores más laureados de su generación.
Roberto Alvarado no es solo un futbolista; es un símbolo de la nueva ola mexicana, donde el talento local conquista el mundo sin fronteras. De las academias de Celaya a los estadios llenos de Guadalajara, su historia nos recuerda que los sueños se patean con garra y zurda precisa.
