Hace ya 20 años que soltaron a los demonios por enésima vez, no crea que en aquel lejano 1994 nos estrenábamos con fenómenos como aquéllos, es más, pensándolo bien nuestra sociedad debería estar acostumbrada a que por las calles ronde el otrora Luzbel. Ahora el chamuco no es de un solo dueño pues su paternidad se comparte, haga cuentas, 12 años de azules, 8 de tricolores en este recuento de los 20.
No andan suelto los demonios, más bien pareciera que estamos en temporada de brujas, inició la cacería y no se detendrá hasta que caiga y se queme la última en leña verde.
Hace cuatro años los azules se llenaron la boca de orgullo y aseguraron que ellos solitos le habían dado cuello al mismísimo fundador de los Caballeros Templarios y de pronto el domingo pasado, que lo matan los tricolores, no deberían jugar así con nuestros sentimientos, tan tranquilos que estábamos sin el Chayo en casa.
Lo mejor de todo estimado lector fue conocer la honestidad de Alejandro Poiré exsecretario de Gobernación, (de los peorcitos que ha tenido ese despacho) al aceptar que en efecto, hubo pequeñas imprecisiones en el caso Moreno González, claro tan pequeñas que lo convierten en cómplice por andar encubriendo a celebridades como ésta. El hecho es que los elementos de la Marina Armada de México acabaron con la vida del otrora fundador del citado cártel en un operativo donde sí hubo balas en tierra michoacana.
Qué diferencia ¿no cree?, en la detención de Don Joaquín no hubo violencia, será porque es más civilizado que el difuntito o porque los tricolores aprendieron de los azules a hacer video montajes y telenovelas. Como haya sido, el chiste es que en menos de un mes dos de los enemigos públicos número uno cayeron gracias a los operativos de la actual administración, uno de ellos fugado en el sexenio del señor de las botas vaqueras y el otro supuestamente asesinado en el reinado de Don Felipe. Quién los viera a estos tricolores, parecen la pura verdad, cada quien elige a su enemigo.
Dos pegaditos, como en aquel 1994, sólo que en aquella ocasión fueron políticos las infortunadas almas que cayeron en desgracia, aunque el captor sea el mismo que ahora.
Que lo quemen en leña verde a ese Alejandro, cómo que no se da cuenta que no es el mismo Chayo que vio tantas veces, en fin.
Recuerda otra evidencia de la temporada de brujas, claro el caso Oceanografía, un negocio chueco cocinado en los sexenios azules y que ahora sale a flote con todo lujo de detalle y qué cree, los apellidos coinciden con el caso anterior otra vez el señor de las botas y su Excelentísimo Don Felipe. Si esto no es una cacería de brujas, qué otra cosa podría ser.
Para principios del noveno mes de aquel 2012 Oceanografía había beneficiado con más de 100 contratos durante los gobiernos de los dos únicos presidentes de extracción azul que está nación orgullosa de su Bandera ha tenido.
Pero entonces, está usted de acuerdo que el que se lleva se aguanta, si vamos a la cacería de las brujas de vestido azul, por qué no incluir a las tricolores, ya sabe, las cosas deben ser parejas, así que si se confirma el fraude de Oceanografía, hoy por hoy contratista de Petróleos Mexicanos, se corre el riesgo “hacer zozobrar las leyes secundarias de la reforma energética”.
Pero no sólo es eso, los azules y los amarillos, recién subidos a la temporada de brujas en este capítulo de la historia, retoman el caso Monex y los excesivos gastos de campaña del actual presidente de la nación. El argumento es que Don Enrique gastó 13 veces más del tope permitido por la ley.
Es decir 4 mil 599 millones 947 mil 834 pesos más…
Si de pronto, mañana viernes tempranito se levanta quitado de la pena, como siempre y después de su rutina algo le dice que vaya al cajero automático a revisar su saldo y le aparece la cantidad mencionada, ¿qué haría? Cambiaría su ruta y en lugar de llegar al trabajo se visualiza en la playa, comprando casas, autos, ropa, rodeado de mujeres exuberantes y amigos parásito, pero ni con ese tren de vida en cinco años se acaba esa “lana”.
Total estimado lector, estamos frente a un fenómeno que de manera lúdica podemos llamarle temporada de brujas, demonios sueltos o como los medios quieran nombrar, lo lamentable de todo esto es que nuestra realidad como sociedad se convierte en un espectáculo mediático, los noticiarios se convierten en programas de revista y dejan de lado lo relevante para focalizar la atención en lo superfluo.
Ya lo apuntó el maestro Furio Colombo en su libro “La televisión, la realidad como espectáculo”, ya lo observó Mario Vargas Llosa en la “Civilización del espectáculo” ya lo señaló Noam Chomsky con sus estrategias de manipulación, y usted ¿ya lo percibió?
Los demonios no andas sueltos, la cacería de brujas no existe, es un estilo de vida que desde siempre ha permeado en nuestra sociedad y que con ella interactuamos quitados de la pena.
No deje de percibir y ser sensible ante los acontecimientos de índole nacional, no se deje llevar por la inercia mediática electrónica, no se deje confundir por los discursos que escucha ni por las acciones que venden bien.
Busque y encontrará respuestas más completas, no se deje sorprender por esquemas que de entrada se anuncian como únicos a nivel internacional, ya sabe, en el próximo festival de cine de nuestra entidad se presentará por primera vez en el mundo “cine en vivo”, yo siempre pensé que eso se llamaba televisión.
Twitter: @ericazocar
