- Exhorta el Partido Verde al gobierno municipal a que no tenga una postura tan relajada
- Código Municipal faculta a la Semadesu a clausurar la obra en forma parcial o total por incumplimiento
Como representante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ante la LXII Legislatura, Anayeli Muñoz Moreno exhortó a las autoridades del municipio capital a atender el tema del ex balneario Ojocaliente, en donde actualmente se encuentran realizando la construcción de un centro comercial, ya que la empresa Adana no ha cumplido con lo aprobado y se encuentra derribando más árboles de lo establecido en el permiso.
El artículo 529 del Código Municipal de Aguascalientes marca cuáles son las facultades que puede tener la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semadesu) ante situaciones de esta naturaleza; en la fracción primera y segunda se establece que tiene el poder para clausurar parcial o totalmente las obras cuando se presente una situación de contingencia o emergencia por alguna contaminación causada en la ejecución de obras y que estén atentando al equilibrio ecológico.
La Semadesu dio una autorización para el derribo de 350 árboles, sin embargo la empresa, de una manera “abusiva”, ha sobrepasado el número de ejemplares. Mencionó que es momento de tomar acciones más drásticas pues, a su parecer, se está teniendo una postura muy laxa. Esta es la segunda sanción que se le interpone a la empresa, la primera fue por un monto de 60 mil pesos y la actual, por 200 mil.
A pesar de el PVEM no están de acuerdo en que se tale ni un solo árbol, los requisitos que marca tanto el Código Municipal como el Federal fueron cumplidos por esta empresa, y el municipio tuvo que dar el permiso, pero, recordó Muñoz Moreno, eso no exime a las autoridades a darle seguimiento a la obra. “Si el municipio y Semarnat dijeron: ‘sólo es esta área y este número de árboles’, se tiene de revisar que lo cumplan”, ambas instancias por igual están obligadas a revisar y tomar acciones contundentes si es que no se está cumpliendo con lo que se autorizó, pues el dinero no salva al medio ambiente, sino las acciones físicas.
Foto: Gerardo González




