- La educación superior es muy difícil si no hay sensibilidad para otorgar recursos
- Lozano de la Torre: No es posible que tardemos tanto tiempo, no sabemos si acudir a la SEP o la Secretaría de Hacienda
En su primer discurso en Aguascalientes como presidente de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), Carlos Lozano de la Torre pidió sensibilidad y delicadeza al Gobierno Federal, para darle claridad a los trámites que tienen que hacer los gobernadores del país para mejorar la educación.
“No sabemos adónde ir, si es la Secretaría de Educación o a la Secretaría de Hacienda”, lamentó el ejecutivo estatal, luego que el presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, el perredista Jorge Federico de la Vega Membrillo -también, sin discurso escrito- revelara un alarmante espectro de la educación superior en México.
Este sorpresivo detalle y la presencia en el evento, no menos inusual, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través del director general de Programación y Presupuesto (área que alguna vez fuera Secretaría, dirigida por tres aspirantes a presidentes de la República: Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo), César Campa Campos, obligó al gobernador Lozano a deshacerse de su discurso y a improvisar, ostensiblemente motivado, como lo hacía en la tribuna del Senado:
“Para todos es importante la presencia aquí de la Secretaría de Hacienda, por algo será… No voy a leer lo que traía preparado, por la importancia de lo que aquí se ha dicho”, y postuló: “Comparto con todos ustedes lo que significa la educación superior, sobre todo la educación pública. Difícilmente podríamos pensar en un México como el que tenemos, si no fuera por la unión de voluntades…”
Puntualizó enseguida: “Comparto con el presidente Enrique Peña Nieto su interés y la ayuda del secretario de Educación, Emilio Chuayffet; comparto los retos del crecimiento de los números y comparto también la preocupación en los recursos que se necesitan”.
Para entonces, el silencio era sepulcral en términos de absolutismo, no de indiferencia; antes, los antecesores en el uso de la palabra, habían ofrecido un panorama de la educación superior nada halagüeño. Se percibía la energía del mensaje:
“La educación no solamente es un tema de talentos o de personas, es también un tema de recursos. Y si no hay la sensibilidad en las áreas correspondientes es muy difícil que lo logremos. Difícil para los gobernadores pensar que, si queremos mejor educación, no sabemos en qué puerta tocar; si es en la Secretaría de Educación o si es en la Secretaría de Hacienda”.
Subrayó Lozano de la Torre: “Creo que tiene que haber una coordinación, no podemos seguir haciéndolo distantes; tenemos que tener una claridad de cómo hacerlo, que haya la sensibilidad del Gobierno Federal, tanto del presidente de la República como de las áreas correspondientes, para hacerlo mucho más rápido.
“No es posible que tardemos tanto tiempo. Vamos a la Secretaría de Educación y luego hay que ir a la otra esquina (donde está la Secretaría de Hacienda), para ver quién tiene la delicadeza de resolvernos”.
Foto: Gilberto Barrón




