- La CEDH debe trabajar con acciones para ganar confianza de la ciudadanía
- Capacitar y evaluar a la policía por externos sería una solución preventiva a casos de violencia excesiva
Organizaciones civiles y asociaciones de mujeres feministas tales como Acción Lésbica Feminista de Aguascalientes, Colectiva Feminista, RedFem Aguascalientes, VIHDHA, Cecadec, entre otras más, dieron a conocer la mañana de ayer su postura ante la brutalidad policial ejercida en la verbena abrileña hacia una joven de 18 años llamada Karen Alonso Jáuregui, destacando que el cese de quienes participaron en la violación de sus derechos humanos no es suficiente para resarcir el daño.
“Nada justifica la violación de los derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza en contra de la ciudadanía”, el hecho de que una persona cometa o sea sospechosa de cometer algún delito no le priva de sus garantías individuales, ya que la policía, sea municipal o estatal, debe estar capacitada para someter sin recurrir a la violencia, siendo ésta una muestra del sistema tiránico, machista, precario, explotador y patriarcal seguido por una cadena de negligencia, falta de capacitación y nula voluntad política.
Una de las integrantes de Acción Lésbica Feminista aclaró que la joven agredida no estaba bajo los efectos del alcohol como se manifestó por las autoridades, lo cual fue comprobado por médicos y sustentado por el ombudsman por lo tanto en su opinión, el desvirtuar y justificar la violencia con supuestos errores de los agredidos no es una respuesta válida y menos viniendo de los titulares de las corporaciones.
En unión social, las organizaciones exigen una solución integral al abordaje sobre la violencia de género en la corporación policial, con un protocolo para detenciones apegado al respeto de los derechos humanos y que generen mecanismos para erradicar la violencia física, sicológica, simbólica y verbal. Solicitaron ya al presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos que dentro de sus recomendaciones que emitirá en el caso, agregue la capitación verídica de todo el personal administrativo y operativo en materia de género, derechos humanos, resolución no violenta de conflictos, contención y técnicas de sometimiento apegada a protocolos internacionales en materia de derechos humanos, así como una evaluación externa cada determinado tiempo.
En las últimas reuniones que sostuvieron con la joven agredida, destacaron su preocupación y miedo de continuar con el proceso de denuncia ya que por ser policías tienen acceso a su expediente completo temiendo que aparezcan en su vivienda y traten de agredirla nuevamente, “esto no es un caso aleatorio ni especial, como estos hay muchos que no han sido atendidos”, pues hasta el momento la propia policía del estado ha mantenido en silencio la propia violencia ejercida al interior de las corporaciones.
A pesar de que las autoridades indican la existencia de capacitaciones y protocolos, las feministas recordaron que todos han sido por parte del mismo personal de gobierno y tomando en cuenta que el sector de seguridad pública es de los que mayor recurso tienen deberían ser por arte de externos para un resultado más eficiente y exitoso.
La situación de la violencia por parte de los elementos de la policía no es exclusiva de Aguascalientes, sin embargo ha causado una mala reputación a nivel nacional hasta el grado de que otras compañeras de las asociaciones nacionales temen vivir en el estado , “es urgente que esto cambie porque las mujeres, sobre todo, no podemos estar viviendo con el temor de ser atacadas por nuestros propios policías”, una propuesta sería que dentro de las capacitaciones externas se incluya la perspectiva de género, la sensibilización de los elementos así como protocolos internacionales amigables con los derechos humanos.
Las feministas reconocieron que para poder confiar en un organismo como la CEDH debe ganárselo con hechos, pues por años ha sido una comisión débil y generadora de molestias más que acciones en favor de los derechos humanos; la confianza está entre ellas mismas como organizaciones para no dejar de insistir hasta ver cumplidos los derechos humanos.
