Por estos tiempos suena mucho una palabra por todo el mundo, la abdicación, es decir la renuncia voluntaria a un cargo, el declinar a favor de otra persona, hacerse a un lado para que alguien más haga lo que nos tocaba. Con la abdicación del rey Juan Carlos I de Borbón, de España, se presenta la clara posibilidad que sea su hijo, Felipe de Borbón, quien ocupe el lugar del rey español.
Parece inevitable que eso ocurra, es decir que en pleno siglo XXI una república democrática este en proceso de heredar una corona real. Esta historia de la abdicación suena como si estuviéramos varios siglos atrás, pero no, estamos en pleno 2014 y ni la democracia, ni la legalidad, ni los derechos humanos, y lo peor, ni la misma historia sangrienta franquista valen para detener a los arribistas y vividores integrantes de la familia real.
Nada importa que 1 de cada 4 personas en España se encuentren desempleados ni la enorme crisis económica por la que atraviesa aquel país ibérico mientras la cámara de partidos españoles está reformando de inmediato las leyes para que la abdicación pueda hacerse limpia, sin ningún problema.
Por cierto, Enrique Peña Nieto irá de visita al estado español el próximo 9 de junio, no creemos que vaya a asesorarse sobre el proceso de abdicación pero realmente no sería mala idea que declinara, pues según cifras de empresas encuestadoras como Mitofsky, el índice de aceptación de Peña Nieto está muy por debajo de sus antecesores Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox y Felipe Calderón, total que no da una porque si de por sí los ex presidentes cayeron muy pronto de la gracia de la sociedad mexicana, el caso del actual mandatario es aún más grave.
No sólo hay parálisis económica y un amplio sector de la industria está ociosa, ese término usado para señalar que están a punto de quiebra, además los índices de pobreza siguen a la alza, la Cruzada Nacional Contra el Hambre, anunciada con bombo y platillo, va estrepitosamente cayendo y más familias van engrosando la vergonzosa realidad de un México hambriento, extremoso, donde unos pocos despilfarran sin trabajar, y del otro lado, millones no cuentan ni con 50 pesos diarios para sostener a familias enteras.
El desempleo y la violencia van marcando el transitar del sexenio de Enrique Peña Nieto, el improvisado rey de México que heredó la corona de otro inepto, Felipe Calderón, y desde luego cobijado por todo el andamiaje priísta que hoy en día no sabe qué hacer con tantas reformas porque en números, en percepciones y en realidades nada ha cambiado, por el contrario, el país hoy tiene tremendos boquetes como Michoacán, Tamaulipas, Estado de México desfondados.
¿Para qué ha servido la democracia, patriarcal, colonialista y neoliberal? Pues para sostener este sistema absurdo que genera leyes a modo, que mantiene iglesias y monarquías, ambos privilegios que pagamos los países colonizados por medio de sus sistemas económicos, sociales y culturales porque los políticos están coludidos con esas grandes mafias globales.
Enrique Peña Nieto, además de ir de visita a España, se dará una vuelta por el estado Vaticano, va a ver a Francisco, el sacerdote mayor, después de tanto escándalo con la iglesia, de tanto descrédito por la inmensidad de casos de pederastas sacerdotes católicos ¿a qué va? Yo pienso que a buscar la forma en que se coluda el Vaticano con el estado mexicano, ambos poderes atraviesan una crisis de legitimidad y credibilidad dura. Quizá la moneda de cambio sea otra reforma a la constitución que arrecie contra los matrimonios igualitarios o contra el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, la injerencia política, la ruptura del estado laico, esta vez hecha no por la iglesia sino por el mismo estado mexicano, está por culminarse en los siguientes días.
¿Qué si el país va mal? Mire usted, sólo de diciembre de 2012 a septiembre de 2013, es decir en el periodo Peñista, ha habido denunciados 2 mil 618 casos de personas desaparecidas. 46% mujeres y 54% hombres, como podemos ver nada ha cambiado, por el contrario, las cosas han empeorado y especialmente para las mujeres.
De la cifra anterior, 519 desapariciones han sido de mujeres adolescentes entre los 12 y 17 años, alarmante verdad, es un alto porcentaje lo que está pasando en México y la violencia contra las mujeres. Y como siempre Aguascalientes no se queda atrás, por más que presuman los empleos generados nuestro estado no logra abandonar la desocupación y los bajísimos salarios con estas empresas extranjeras que nos tiran unas migajas mientras fincan su riqueza con la mano de obra más barata.
El gran número de adolescentes embarazadas que reportan las mismas instancias de los gobiernos y la naturalización de la violencia contra ellas, así como el triste y lamentable feminicidio ocurrido esta misma semana en contra de Cecilia Martínez Mota, de 42 años de edad, nos vuelven a la realidad más allá de la corona, de la sangre azul, del privilegio y de los cuentos de hadas.
La democracia que han levantado los gobiernos en todo el mundo, no ha servido sino para favorecer un sistema de privilegios sobre muchas opresiones, el descaro bajo el que se sigue heredando el poder nos hacen soñar y desear que la abdicación sea un día votada por los pueblos y no por los gobernantes.
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