Pido un aplauso… Nada con exceso, todo con medida, dicta el sentido común, sin embargo, la unanimidad con que el Congreso del Estado de Aguascalientes (ah, qué raro se siente no decirle Congresito, pero se lo merece) sí es para festejar la disposición al análisis y debate con que los diputados pusieron al tiro la Constitución local con la Constitución general y, para ser sinceros, ninguno de los jefes de bancada ha decepcionado en la defensa que han hecho a posteriori del logro de los consensos, así que aplausos, para eso fueron elegidos.
El día siguiente. A pesar de los primeros tropiezos del grupo parlamentario panista y la fiesta privada a que convocó Adolfo Suárez (junto con un comunicado de prensa en el que los blanquiazules se abrogaban el mérito de la paridad de género en candidaturas, independencia en la impartición de justicia y certeza en la homologación de los procesos electorales en el estado), tanto Jorge Varona, como Cuauhtémoc Escobedo y Juana Alicia Espinosa de los Monteros al salir a los medios de comunicación, han defendido que es un logro del Congreso y todos los legisladores, todos los partidos; de nuevo, bien por ellos. Han dejado claro que lo mejor está por venir.
Lo tupido y no lo duro. Y con eso nos referimos a la reglamentación de las Reforma Político Electoral, pues el asunto es reglamentar para que todo sea viable, lamentarse de la calidad de nuestra democracia para criticar el consenso de los diputados es una idea bastante pobre, pero sobre todo maniquea, de cómo funciona el Congreso, así como de darle la vuelta a la discusión posible; el mejor ejemplo es la revocación de mandato, el perredista Escobedo Tejada podría quedarse en el festejo por haber logrado de último momento incluir ese tema en la iniciativa, no lo ha hecho así, en cambio, lo pone sobre la mesa por adelantado para que en el plazo que tienen para reglamentar se discuta todo lo posible acerca del cómo se prevé de antología, y requerirá de nuevo apostar con todo al consenso. Un ejemplo de hacia dónde enfilará sus armas el PRI, tanto María de los Ángeles Aguilera como Jorge Varona han dicho estar en contra de la reelección (la presidente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales subrayó que lo considera “un grave retroceso en la lucha democrática del país y atenta contra un soporte ideológico de la estabilidad política de la Nación”), cuando llegue el momento de reglamentarlo, los del tricolor considerarán la revocación del mandato como la contraparte de la reelección… Ajá, ¿y?, dicho por el líder de la bancada priista, como la reelección sólo se votó para legisladores las planillas de los ayuntamientos, no toca el tema al titular del Ejecutivo estatal, así las cosas, no se podrá realizar una solicitud de revocación para Carlos Lozano de la Torre, pero sí para Antonio Martín del Campo, Javier Luévano, Antonio Arámbula y el resto de los presidentes municipales… Ah, ¿verdad?.
Pues sí, en los detalles vive el diablo… y lo que falta, al asignación de diputaciones por el principio de representación proporcional, que es una queja de varios partidos porque se otorgarán sólo a las organizaciones políticos que obtenga, por lo menos, el tres por ciento de la votación válida; o el funcionamiento del Instituto Estatal Electoral; las candidaturas independientes; y la paridad de género, ahora los partidos políticos deberán atender a los principios de equidad postulando como candidatos al 50% hombres y 50 % de mujeres; y para rematar las candidaturas independientes, a quienes por cierto, también se les aplicó la cuota de género. Los logros, pues, son evidentes y el punto es que lamentarse por anticipado es condenar a que en la discusión de las reformas los partidos, sus representantes, hagan a un lado esa herramienta para promover la participación ciudadana.
Ahí está el detalle… antes de que se nos pase, en la iniciativa aprobada por el Congreso, se redujo el porcentaje del padrón electoral requerido para solicitar plebiscito y referéndum, pasó del 2.5 al 2 por ciento; se podrá decir lo que sea acerca de los diputados y cómo han enfrentado otras discusiones, pero al menos en la intención se tiene que destacar que en la discusión la visión que prevalece es que si la ciudadanía no participa es porque es un problema cultural, no político.
Noticias del imperio. Estábamos tan ocupados gritándole a los árbitros, componiendo canciones contra los holandeses y al mismo tiempo echándole un ojo a nuestros barriles de petróleo, que se nos pasó la reforma en materia de telecomunicaciones, si no es por la vergonzosa llamada de Purificación Carpinteyro en la que anunció que soñó que se ganaba la lotería, casi se nos pasa.
Paréntesis sin razón y sin medida. Vale la pena dar seguimiento a la victimización de la diputada Carpinteyro, quien ahora ofrece 50 mil pesos a quien le vaya con el chisme de quién soltó a los perros y difundió la grabación de sus conversaciones privadas; como no tiene medida la perredista, renunció no sólo a participar en el debate, además, ya no publica su columna en el Reforma… eso sí, como no quiere caer sola, hasta a Carmen Aristegui embarra con tal de salir sin mancha de la exhibición de su miseria moral… en fin.
A quien lo tiene sin cuidado los desplantes de Purificación Carpinteyro es al líder nacional del PRI, César Camacho Quiroz, quien aseguró ya tiene los votos necesarios para aprobar la ley en materia de telecomunicaciones, donde el término de preponderancia prevalecerá… pues menos mal que dice que tiene los votos, porque en el PAN no piensan lo mismo, al menos José Ángel González Serna ya adelantó que los blanquiazules aplicarán el voto de conciencia en materia de telecomunicaciones y que en materia de preponderancia cree que debe ser por sector y no por servicios, ya que de otra forma sería facilitar que empresas monopólicas tengan más amplio margen de utilidad y operación en detrimento del usuario. Nomás para que lo apunte en la agenda: en marzo pasado, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (conformado por seis comisionados y que preside Gabriel Oswaldo Contreras Saldívar) declaró agentes económicos preponderantes a América Móvil y Grupo Televisa y les impuso una serie de regulaciones asimétricas. En el caso del grupo de interés de Televisa, la regulación asimétrica será efectiva para la empresa y 30 afiliadas, subsidiarias y asociadas; en cuanto a América Móvil, aplica a Telmex, Telcel, Telnor, Grupo Carso e Inbursa. Ambos grupos han interpuesto amparos, los cuales han sido rechazados. Ahí está… no parece que todo sea miel sobre hojuelas como señala el del PRI, a pesar de que con la convocatoria al periodo extraordinario en el Senado, se pretende que el dictamen se apruebe el mismo viernes y que en los primeros días de la próxima semana sea convocada la Cámara de Diputados, también en periodo extraordinario, para revisar el proyecto de decreto que les envíe la colegisladores, y posteriormente enviárselo al presidente Enrique Peña Nieto para su promulgación.
De vuelta a lo local. Y vámonos recio. La propuesta de suprimir la Unidad de Evaluación y Control va muy enserio, pues se argumenta que a final de cuentas la Comisión de Vigilancia del Poder Legislativo tiene toda la capacidad para inspeccionar, solita, al siempre complicado y vasto Órgano Superior de Fiscalización. ¿Cuántas horas hombre deben trabajar los cinco diputados de la comisión para dar seguimiento a los montones de observaciones que emite el órgano, así como para revisar su informe anual y aplicarle auditorías de desempeño, entre muchas otras cosas? Aunque jamás la puso en marcha, la legislatura saliente tuvo a bien generar esta Unidad de Evaluación. La Ley de Fiscalización Superior necesita “dientes”, llegó a decir Arturo Robles Aguilar, antiguo presidente de la Comisión de Vigilancia, mientras chuleaba las últimas reformas practicadas al propio ordenamiento. Los diputados en turno deberían enmendarle la plana a sus antecesores, en nombre del erario, pero en lugar de hacer lo propio optan por la salida más sospechosa, fácil y hasta retrógrada. Eliminar la Unidad de Evaluación, aparentemente, es una idea que se limita a la fracción priista. Si a ejemplos nos vamos, guardando las debidas proporciones, hasta la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados cuenta con una Unidad de Evaluación y Control que le ayuda a monitorear nada más y nada menos que a la Auditoría Superior de la Federación. “La UEC tiene su origen en la Ley de Fiscalización Superior de la Federación, que la define como un órgano técnico que forma parte de la estructura de la Comisión de Vigilancia, encargado de auxiliarla en su atribución de evaluar el desempeño de la ASF, a efecto de proponer acciones para elevar la calidad de su labor, aportar elementos para mejorar el proceso de fiscalización superior, perfeccionar el marco jurídico aplicable y, en funciones de contraloría, vigilar que sus servidores públicos se conduzcan en términos de lo que disponga la Ley de Fiscalización Superior de la Federación y demás legislación aplicable”, dice la página de la citada ASF. ¿Se atreverá la bancada del Revolucionario Institucional a respaldar una iniciativa que resta fuerza a la siempre insuficiente actividad fiscalizadora? Tan extensa es esta labor, que el propio Arturo Solano López ha tramitado un mayor presupuesto para elevar el número de auditorías que realiza el órgano a su cargo. Pero ahora resulta que en el Legislativo los instrumentos de control de calidad salen sobrando.
La del estribo. Ya que mencionamos a César Camacho Quiroz, cuando presentó sus expectativas sobre lo que pasará con la Reforma en Telecomunicaciones, caracterizó al PRI como un organismo que vive una intensa discusión interna pero que lava sus trapos sucios en casa y a la hora de la hora, de cara al público y los votantes, siempre muestran unidad… Uhm, hace un rato que no se da una vuelta por Aguascalientes, ¿qué pensará el primer peñista del país del zipi zape en que está envuelto su delegado por la circulación de un anónimo? Así está la unidad priista en el ranchito, cualquier cartita hace agua en la embarcación.
@PurisimaGrilla




