Es una de las obras más polémicas de la dramaturga inglesa Sarah Kane, y tuvo una breve temporada en el mes de junio con motivo del examen de titulación de los próximos egresados de la primera generación de la carrera de Artes Escénicas, Actuación, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA). Omar Godínez, joven director de esta puesta en escena, eligió una de las obras de Kane por considerarla un proyecto con un engranaje perfecto: “La elegí porque consideré que cumplía todos los requisitos solicitados tanto en producción y actuación, pero dándole mayor peso a lo último”, señala.
Fue un gran reto llevar a escena este texto tan complejo, tanto en su contenido literario como actoral. La obra fue estrenada en 1995 en Londres, titulada Blasted, y traducida como Reventado o Devastado. Considerada por la crítica como obscena y violenta; sin embargo, grandes figuras de la literatura como Edward Bond y Harold Pinter la defendieron y consideraron a la autora como una de las grandes dramaturgas nacida en la era de la primera ministra Margaret Thatcher. “Sarah Kane ve la realidad de esa manera, toma referentes reales de la Guerra de Bosnia y a partir de ahí, crea y empieza a estructurar esa dramaturgia tan cruda y grotesca. De hecho, yo le metí mano al texto porque era demasiado fuerte y tanto actores como el asistente de dirección me dijeron ‘bájale’. Aún y con eso, algunos espectadores salieron de la sala en el transcurso de las funciones”.
La historia trata de un periodista cuarentón y desahuciado por el abuso del alcohol y cigarro, quien invita a una joven un tanto ingenua y retardada, a pasar una noche con él en un lujoso hotel, con el objetivo de que le dé un poco de consuelo en sus últimos momentos. No es una relación amorosa, sino un tanto pasional, donde se desatan los bajos instintos y la crueldad no sólo física sino verbal del hombre hacia la joven, rebajándola y ridiculizándola hasta llegar a su devastación. En un primer acto, escenas de ambos y un temor hacia lo que pueda pasar, un hombre con una pistola encima esperando el tan citado final y una joven que trata de que él se reconcilie con la vida. En una segunda escena aparece otro personaje, un soldado armado que irrumpe y busca al periodista, la habitación se convierte en un campo de batalla donde se da la violencia extrema y el que era antes victimario se convierte en víctima. El elenco son sólo dos hombres y una mujer: “Desde un principio ya tenía visualizado el elenco con Gal Dorado y Juan Pablo Acevedo, una vez que encaminamos el proyecto trabajamos los tres y fue un buen resultado”, comenta Godínez.
Sin duda, la experiencia de Pablo en el papel de periodista fue real y convincente, se notó su experiencia actoral y manejo del perfil psicológico del personaje, y en cuanto a Gal como la chica ingenua, dio ese matiz de mujer ultrajada pero a la vez sin toque de maldad a pesar de las circunstancias en las que se vio envuelta, y qué decir de Omar Godínez que además de ser el director tuvo una breve participación como el soldado, parte medular del contexto de la historia.
Si saliste de la función pensando en la historia, en la crueldad del ser humano y sus bajos instintos, así como la destrucción del planeta y del alma misma, quizá la puesta en escena cumplió su objetivo. Son de esas obras que te obligan a conocer más la dramaturgia y a su autor, Sarah Kane, una mujer que destapa las cloacas que muchos quieren tapar.
