No lo puedo creer querido lector, sobreviví a la invasión mundialista, bueno eso digo yo, debe quedar por ahí uno que otro lector para esta modesta columna de jueves. Fueron largos los días y después de la eliminación del “Tri”, del Piojo, no de Lora (cabe aclarar), más largos aún, y después el final, como película épica con tintes de ficción, se escucha extraño pero así fue, Alemania conquistó al mundo, por fin diría don Adolfo, mis muchachos lo consiguieron, son los dueños del planeta por lo menos en el mundo del futbol.
La nombrada final del Vaticano, los papas en pugna, la audiencia presta a conocer el resultado, el tiempo complementario, la angustia, la afición entretenida por un balón, los negocios en torno al evento, las apuestas y todo lo demás.
El pasado 15 de julio, La Jornada informó que durante los partidos de la selección nacional se reportó una derrama económica de tres mil 867 millones de pesos en establecimientos relacionados a alimentos y bebidas, turismo y comercio sólo en el Distrito Federal, sin duda buen negocio; no me diga que no se compró su playera verde, hasta a mí me regalaron una.
Un mes un día donde el mundo giró en torno al futbol que por sus características se convierte en la disciplina deportiva más popular del planeta. Y nos enfrascamos en charlas, polémicas, los expertos aparecieron por doquier, de todas las edades, de todos los sexos, de todas las razas; la de nosotros, como siempre dolida y culpando a un tercero por la derrota de nuestro equipo. Cobró más relevancia el “no fue penal” que cualquier otra noticia, acción o acontecimiento nacional. Se logró el cometido, distraernos, preocuparnos más por el penal fantasma que por lo que realmente pasaba en esta nación. ¿Algún autor intelectual? Claro, nosotros mismos.
Los responsables de que haya surtido efecto la distracción mundialista fuimos nosotros, no nos podemos negar a tan atractiva tentación, somos un país “futbolero” y caído en desgracia como los cariocas y los albicelestes. Somos lo que vemos, somos lo que no leemos, somos el reflejo de una sociedad urgida de esperanza pero traicionada por una fuerza sobrenatural y oscura que no nos deja crecer, alguien quiere evitar a toda costa que seamos ganadores, exitosos en el deporte, somos los campeones sin corona, todos somos Pepe el Toro, y nos tiramos al drama y hasta lloramos (como los brasileños).
Pero qué cree sentido lector, hay vida después del mundial, el sol salió después de ese triste domingo, silencio sepulcral, caras largas por las calles de la República, los “optimistas” al Ángel a celebrar la derrota y la vida en marcha, este país en movimiento y con muchos pendientes por resolver.
Bajo la inercia del sentimiento de víctimas y del abuso de la autoridad en la cancha, por aquello de la inexistente falta marcada en el “área chica” (espero se diga así) los senadores del Partido de la Revolución Democrática PRD y del Partido del Trabajo PT se retiraron del debate de los 250 cambios que se llevaron a cabo en Comisiones Unidas del Senado a las 15 leyes que integran la reforma energética; argumentan que se aprobó vía fast track en “friega y como va”, eso quiere decir que sólo los senadores verdes, azules y ecológicos le entraron a la votación y aprobaron sin ningún voto en contra en los general y lo particular los cuatro dictámenes de la reforma en cuestión.
La izquierda dijo que era una farsa como lo del penal, una violación al procedimiento.
Qué espectáculo nos ofrecen, lleno de adrenalina, me orilla a reflexionar sobre la postura de los senadores de los partidos de izquierda, ¿será que existe la oposición?, el equilibrio entre las fuerzas políticas se disuelve de manera sutil entre tanto ácido demagógico que opaca la vista, nubla la razón y confunde a la sociedad.
Pudiéramos decir que los senadores de izquierda son unos irresponsables por abandonar la discusión de temas relevante para el futuro del país, también podemos señalar la falta de ética de los partidos de derecha por la aprobación al vapor de tan delicados puntos. O bien, la atinada postura de la oposición de desamparar la sesión con el fin de presionar a… ¿A quién? Para evitar su aprobación. La eficacia y eficiencia de los partidos mayoría para llegar a un acuerdo de manera puntual y demostrar que trabajan rápido y bien, cuestión de enfoques.
Zoé Robledo, senador por el PRD, se manifiesta “con profunda tristeza y con un profundo enojo vengo a decirles, compañeras y compañeros senadores, que la ignominia habita en el Senado de la República. Van a ser recordados por su decisión irregular. Es de verdad inconcebible lo que estamos viviendo”.
Borrada la oposición, qué resta por hacer. Dicho sea de paso este tipo de “dinámicas políticas” se ejecutan hasta en municipios como el de Encarnación de Díaz donde los regidores de oposición callan, firman y cobran.
Lo que es inconcebible es el nivel de discusión y espectáculo que estamos viviendo nosotros como sociedad, entre una derecha intransigente y una izquierda victimizada, hay mucho que exigir, a manera de nota de color, o por lo menos eso espero, Enrique Peña dijo estar listo para el 2018 y no precisamente se refería a una agenda política.
Los buenos contra los malos, el bien contra el mal, los villanos y los héroes, los de blanco y los de negro, la luz y la oscuridad, (los blancos y los morenos dirían algunos panistas que promueven el racismos y la intolerancia entre nosotros), eso a todos nos queda más que claro, los polos opuestos que se complementan para funcionar, sólo que en esta historia no sabemos quién es quién ni cómo estas fuerzas podrán hacer girar el engrane de esta máquina que se nos está oxidando.
Hay mucha vida después del mundial, no se haga a un lado ni se lamente por el que no fue penal, mejor vaya viendo qué hará con esta clase política que nos tocó pagar.
Twitter: @ericazocar
