- Durante la colocación de la primera piedra del Centro de Estudios de Bachillerato
- Los sacamos de las calles y subimos al ring para darse madrazos: Lozano de la Torre
“A este evento le faltó un ingrediente”, lamentaría el gobernador Carlos Lozano al hojear su discurso, en la ceremonia de colocación de la primera piedra del Centro de Estudios de Bachillerato 8/5s, y convocó a huéspedes de la Casa del Adolescente: “A ver, ¿quién quiere venir al micrófono?”. Los jóvenes sacaron la casta, se soltaron con emotivas expresiones, desde la primera de ellas, Dulce Maricela Acevedo Hernández, que súbitamente levantara la mano y exclamara: “¡Yo!”; hasta Raymundo Rivera Muñoz, quien de plano pidiera un empleo: “Nos gusta el trabajo, no somos rateros”.
Les había precedido en el atril de la ceremonia, iniciada 20 minutos después de los programado, el secretario de Infraestructura y Comunicaciones, Miguel Ángel Romero, quien haría una explicación técnico-financiera de la obra del Centro de Estudios de Bachillerato y el Laboratorio Multidisciplinario del Espacio Común de Educación Media Superior, que tendrán una inversión de 45 millones de pesos .
La presidenta del DIF estatal, Blanca Rivera Río de Lozano, agradeció el amplio respaldo del subsecretario Tuirán, desde luego, después de señalar que “las grandes obras no son hechas por la fuerza, sino por la perseverancia”. Resumiría: “Éste no es un evento per se, sino algo que cambiará la vida a Aguascalientes”.
Rodolfo Tuirán admitió: “Me gustó mucho la definición de: Aguascalientes, el estado de los cinco sentidos… La Casa del Adolescente es un servicio que externa una enorme preocupación por los jóvenes”. Tuirán, al sustentar el nuevo servicio educativo “antinini”, dijo que competimos con países que nos llevan hasta cinco años de superioridad académica y recordó al creador de Apple, Steve Job, a quien no le gustaba la escuela, “porque no llenaba sus expectativas”. Al pedirles compromiso a los jóvenes puntualizaría, porque “no hay mejores obras que las que le apuestan al futuro”.
Varios jóvenes hablaron brevemente de su experiencia en esa institución, a la que el gobernador Lozano pidió que ojalá trascienda gobiernos. De hecho, les encargó a los jóvenes esa tarea, la de ser mejores para que ese lugar siga en pie. Dulce Maricela había dicho: “Soy instructora de un taller y participo en otro… La Casa del Adolescente nos ayuda mucho para no estar en las calles, tomando o drogándonos; nos ayuda a tener una mejor perspectiva de nosotros mismos… Si no estuviéramos aquí, ¿dónde estuviéramos?”
Por fin, Carlos Lozano arribó al micrófono: “Sobran mis palabras, después de haber escuchado a los jóvenes, detrás de cada uno hay una historia… Palabras que son un canto, un dicho de sus emociones”, y elogió la iniciativa de su esposa Blanca, de hacer la Casa del Adolescente, “que no siempre cuenta con respaldos oficiales”.
También sorpresivamente, el gobernador diría: “A muchos de ellos (los jóvenes) los sacamos de las calles, donde en vez de darse de trompadas los subimos al ring, para que ahí se dieran de madrazos”.




