- Las autoridades correspondientes hacen caso omiso a las denuncias de los animalistas
A unos días de que sea puesta a votación del Pleno la tipificación penal del maltrato animal, María Eugenia Ramírez, presidenta de la asociación protectora de animales Dignidad Perruna, manifestó su inquietud por el grave incremento en la violencia hacia los animales, ya que no sólo es por parte de adultos conscientes, sino que ahora se tienen confirmados sectores de niños y adolescentes de ocho a 17 años que efectúan actos delictivos hacia un animal, mayormente a perros y gatos.
Cuando se inició con la asociación y los rescates de animales en abandono y violentados, los niveles de violencia no iban más allá que abandono, ya sea en las calles o en las azoteas sin alimento ni cobijo, “siempre ha existido el abandono de mascotas en las calles pero antes no los veías violentados, sólo desnutridos y deshidratados”, ahora, en cada rescate puede observarse una frustración y problemas sicológicos que tienen las personas al desquitarse con un animal indefenso.
El problema más recurrente para los animalistas es que las autoridades no toman en cuenta que el maltrato animal es un problema social porque si la persona tuvo la desnaturalización para violentar a un animal, corta es la distancia para que lo haga en un humano, “las autoridades no hacen caso, se lavan las manos fácilmente con cualquier detalle”, sobre todo en reportes de peleas de perros, ya que en muchas de las ocasiones que asisten a la casa denunciada, los dueños de los animales peleados salen de forma agresiva, amenazando al personal de la Proespa, dependencia encargada de atender al maltrato animal, “direcciones hay, lo que no, es voluntad de la autoridad para castigar”.
En los últimos dos años, los rescates que se han hecho en la zona oriente muestra un incremento preocupante de lo que se está viviendo al interior de las casas, “en semanas atrás se presentó un caso donde pelearon a un pitbull y como perdió lo mataron a pedradas y golpes, otro perro que lo amarraron a una moto, hasta dejarlo agonizando por la clínica 9”, este último caso realizado por adolescentes ociosos.
–¿Qué pasa cuando se hace la denuncia?
“Hemos llegado a Proespa con pruebas y todo, sólo la toman, a veces hacen las visitas y cuando no los encuentran se acaba el seguimiento, si por ejemplo, las personas le entregan al animal, éste es enviado al antirrábico para su eutanasia sin haberle hecho una multa siquiera al dueño irresponsable que maltrató al animal; o sea no hay un verdadero cuidado ni respeto por la vida animal”. Hasta la fecha, no se tiene reportado un solo caso que haya sido sancionado.
En la zona oriente, donde ahora se encuentra ubicada la Línea Verde, se encontró a una perra dálmata en posesión de un grupo de jóvenes drogadictos de no más de 20 años, que abusaban sexualmente del animal causándole enfermedades como papiloma, así como múltiples heridas infectadas; este caso tuvo que concluir en eutanasia para evitar más sufrimiento a la perra, “insisto, no son temas aislados, es la realidad que tiene el estado, nosotros lo decimos como animalistas pero las autoridades deben entender que esto es el principio de una gran ola de violencia para la población humana”.
Una de las propuestas que tiene la asociación es la aplicación de mayor control en la producción y venta de animales, según conteos oficiales (aproximación), en el estado se tienen entre de 180 a 200 mil animales, en su gran mayoría caninos y felinos callejeros, “es que la solución no es agarrar a cuanto animal veas y lo mates, no, la solución está en la educación y el control”. Al mes, el Centro de Control y Bienestar Animal sacrifica cerca de mil animales, recogiendo de 30 a 40 perros diarios; el asunto urgente es que se controlen los criaderos clandestinos y la venta ilegal de animales.
Para Dignidad Perruna, el fomento a la esterilización y al buen trato animal es tarea no sólo de las autoridades, sino de toda la sociedad, comenzando con los padres de familia y el sistema educativo.
