Estimado lector, las cifras no son del todo alegres todavía, y lo peor es que no se hace nada para remediar la situación que se está viviendo al respecto. Las cifras que la actividad económica del país ha tenido últimamente, habla de un mayor dinamismo en los sectores industriales, que llevan por tanto a una mejor perspectiva macroeconómica.
El problema es que ese mayor dinamismo se debe principalmente al incremento de la demanda del exterior, a las exportaciones. Si bien es cierto, una de las ventajas de un país radica en el nivel de exportaciones que se logra en el mismo, también es cierto que dichas exportaciones, sobre todo en el caso de México que sustenta gran parte de esas exportaciones en el sector automotriz, no son debidas a empleos bien remunerados, sino más bien, a la proximidad con el mercado de autos más grande del mundo, el de Estados Unidos, y la mano de obra barata y de calidad que tiene el país.
Esto conlleva a que el mercado interno no arranque. Que sigamos estancados como país y que veamos cómo los pequeños negocios siguen cerrando, y los que sobreviven lo hacen después de hacer un esfuerzo sobrehumano.
Basta darse una vuelta por las principales calles de la ciudad, sea cual fuere esa ciudad, para ver cómo la economía, nada más no va.
El crédito al consumo, es decir, las tarjetas de crédito, aumentan a un ritmo de 2 a 3% mensual el incremento de los saldos, y esto no es más que producto de un estancamiento en los sueldos y salarios percibidos por la población. Las tiendas departamentales tienen ingresos extraordinarios principalmente por el crédito que le dan a sus clientes, y que lleva a que sea la única forma de hacerse de productos y de bienes.
De hecho, todas las tiendas departamentales tienen ingresos que superan el 8% de aumento con respecto al mismo periodo del año anterior, salvo FAMSA que parece que no encuentra bien su nicho de mercado, o bien, su estrategia de ventas no es la adecuada. De hecho, el que más crece es ELEKTRA con un cerca de 16% de crecimiento anual. Lo increíble es que así como crecen sus ingresos crecen sus pérdidas. Su personal es el peor pagado del sector, entonces no nos queda más que decir que es una muy mala administración la que tienen.
El Banco de México, en su reunión del pasado 19 de septiembre, menciona que no es cierto que se haya perdido poder adquisitivo en la población, sino más bien es que se han reorientado los gustos y preferencias de consumo de la misma población. Esto me parece que es totalmente cierto, pero que no es benéfico. Las personas no compran lo que necesitan, sino más bien, lo que pueden.
Se esperaba que el periodo electoral del año entrante diera mayor ingreso o inyectara recursos a la economía para salir del bache. Después de ver la destrucción que ocurrió en las Bajas Californias, y que la recuperación será de mucho dinero, claramente entendemos entonces que los recursos que se esperarían obtener se tendrán que utilizar para la reconstrucción de esas ciudades, sobre todo de Los Cabos, por ser un destino turístico muy apreciado por el mercado estadounidense.
Y si a eso le añadimos la reforma fiscal que sigue siendo regresiva y que parece que por ningún motivo se modificará, pero que sí ha hecho que sea más doloroso el pago de impuestos, tanto en el proceso como en el monto, no veo cómo podamos salir de manera adecuada de este estancamiento.
Lo peor, es que la inflación está repuntando, ya está en límites de 4.5% aproximadamente, y por más que se comente que esto es coyuntural, baste que se den una vuelta por la central de abastos o el centro agropecuario para que vean los negocios solos y con pocas personas comprando. La canibalización del mercado estará en boga estos días, ya que por obtener un cliente, las empresas son capaces de cualquier cosa.
En fin, esperemos que comience a permearse esa reactivación económica un poco más y que estos meses que faltan, que son los de más consumo, verdaderamente nos lleven a una mejor economía.
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