- Según Alejandra Eme Vázquez, el problema recae en la desinformación, el desprecio, el prejuicio y la impunidad
Tras las marchas del pasado miércoles, en todo el país, en apoyo a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, quienes fueron atacados y desaparecidos por elementos de seguridad pública de Iguala y presuntos integrantes de organizaciones del narcotráfico; las respuestas continúan creciendo en todo el mundo, ahora vía redes sociales, estudiantes de Estados Unidos, Sudamérica, Alemania, España y Francia han emitido comunicados, fotografías y videos, exigiendo justicia para los normalistas, asegurando que se trata de un asunto violento que como país debe atacarse.
A su vez, la mañana de ayer en los medios nacionales como La Jornada, Proceso y Excélsior, se presentó un comunicado del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente donde se manifestaba la creación de una “brigada de ajusticiamiento”, para enfrentar a las organizaciones del narcotráfico en Guerrero, especialmente a los presuntos responsables de la desaparición de los normalistas, los llamados “Guerreros Unidos”.
En www.juristasunam.com Alejandra Eme Vázquez escribió:
“Las personas no desaparecen: hacen falta. Y justo en este momento el país está viviendo el sobresalto de saber que a la inmensa lista de gente que hace falta se han añadido los nombres de más de cuatro decenas de jóvenes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero”.
En su análisis subraya, que más allá de la importancia de cómo se dé a conocer la noticia o de cómo se exige justicia, el problema recae en la desinformación, el desprecio, el prejuicio, la cínica autosuficiencia y la impunidad; para Alejandra Eme Vázquez, esto tiene que ver con la desconfianza que hay en la población hacia las policías, los legisladores, los gabinetes, las cabezas de gobierno, los servidores públicos, “cada vez se distancian más de tal denominación”; esto se refuerza con lo sucedido durante la marcha en la capital de la república, donde sorpresivamente Cuauhtémoc Cárdenas, líder del PRD (supuesto partido izquierdista) fue abucheado, agredido y llamado “traidor” por los manifestantes.
En el ámbito local, las estudiantes de la Normal de Cañada Honda mostraron su solidaridad con los hechos en Ayotzinapa con una marcha en la capital de Aguascalientes, exigente, aunque pacífica; diversos actores políticos opinaron que su actuar era justo, otros tantos que el diálogo era mejor que el grito, sin embargo, fueron apoyadas por el estado y el municipio teniendo resultados “blancos” a pesar de las múltiples frases de reclamo hacia el gobierno priista.
Por su parte, Cuauhtémoc Escobedo Tejada, representante del PRD en el Congreso local, consideró legítima la marcha y la exigencia de las normalistas ya que por décadas se ha excluidos a los estudiantes de las normales rurales por considerarlos “guerrilleros y revoltosos”, pero ahora su actuar tiene un fin: exigir justicia y que los estudiantes regresen con vida a sus hogares.
“Es justo y necesario que levanten la voz, que repliquen las voces de protesta a lo largo y ancho del país y que sirvan para demostrar el nivel de insatisfacción y de protesta que hay en todos los mexicanos”, al igual que el resto de los políticos locales, Escobedo Tejada manifestó que después del hecho estudiantil de 1968 (Movimiento en Tlatelolco), este es el atentado más grave, lamentable e inconcebible.
“Ni en las guerras del Medio Oriente ha sucedido algo parecido”, hizo un llamado a todos los niveles de gobierno, tanto del estado de Guerrero como de las entidades vecinas y del propio Gobierno Federal, a unir fuerzas para la búsqueda de los culpables.
Subrayó que sea quien sea debe ser castigado por la brutalidad de los hechos, “si es el gobernador de Guerrero de extracción perredista, que se le castigue, si es al presidente municipal prófugo y que el PRD lo abrigó como candidato externo, que se le castigue, no debe excluirse su responsabilidad por cuestiones políticas”, pero también se espera que los hechos sensibilicen a la sociedad mexicana, que la despierte de su serenidad y la haga levantar la voz, exigirle a las autoridades sus responsabilidades y elijan a sus gobernantes de manera pensante.




