- Mesas de lectura del Encuentro de Poetas del Mundo Latino
- Participaron poetas de España, Chile, Uruguay, Colombia y Ecuador
Durante e Encuentro de Poetas del Mundo Latino destacó la participación del español Juan Carlos Abril, quien leyó textos que reflejan ese cambio de pensar de un joven de pueblo con gran ansiedad de conocer las grandes ciudades y que ahora siendo adulto lo que le gusta –y lo que más anhela- es regresar a su pueblo, quedarme en el campo y pasear lejos de la ciudad.
Recapituló también un poco con su pasado cuando le gustaba subirse a los trenes y viajar por Europa con esa sed de conocer el norte, Alemania, Inglaterra “me volvía loco con ese mundo occidental europeo, pero ahora la verdad es que ya no me interesa mucho, por el contrario me interesa América, ese ha sido el mejor descubrimiento mágico que me encontré”. Ese último poema de su participación habló de aquel cambio con una cita de Julio Cesar de la Guerra de las Galias, llamado “Arpa de rescate”.
La mexicana Claudia Posadas dedicó un primer texto a Stefaan van den Bremt pues durante estos días de Encuentro comentaron sobre una civilización que durante la edad media fue aniquilada por la intolerancia de la inquisición y de los poderes fácticos, “los cátaros era una civilización bellísima, una lengua con sentido latino que ya existe muy poco”, el poema habló sobre la destrucción violenta de esta civilización a causa de su fe, siendo desde su perspectiva una metáfora de la violencia e intolerancia actual que sigue signando a nuestros tiempos. El segundo texto fue con más sentido científico, la orientación de la conciencia y el espíritu pero desde un punto de vista más científico.
Si bien, Francisco Martínez Farfán dedicó su lectura entonada y dramática a “este pobre y herido país”, las líneas no aludieron directamente al concepto de violencia o la intolerancia pero metafóricamente, “todo tiene que ver con todo al final de todo”; conmovido por las palabras y la reacción del público, tuvo que parar al llegar a su último poema destacando que sería imposible no dedicar esa lectura a todos aquellos que han muerto, que están desparecidos o aquellos que viven y que callan.
Arlette Luévano plasmó su dolor personal –destacando antes de leer que este 2014 ha sido un año difícil- en un material inédito de un libro titulado La maldición y la sangre, líneas duras, dolorosas y sentidas; después buscó un poco la esperanza en la poesía, tratando de salir de la palabra dolosa con un poema breve llamado “Días de Gracia”.
La uruguaya Martha Canfield sorprendió con una lectura crítica política hacia tres situaciones de violencia en tres entidades distintas, dejando de lado su pluma de amor para expresar la furia y exigencia ante la impunidad y el abuso de poder. Con un contexto bastante dramático, partió de la violencia desencadenada en 1968 en Montevideo, un poema dedicado a Liber Arce, un joven de la facultad de veterinaria que fue asesinado por la policía en una manifestación.
Detalló que la policía había allanado la universidad destruyéndola totalmente bajo el argumento de que los estudiantes guardaban armas y publicidad contra la política de ese momento, que más tarde se declaró como dictadura. La policía disparó y Liber Arce murió, desde entonces cada 14 de agosto los estudiantes salen a marchar en recordatorio del abuso de la política de 1968.
El segundo texto fue escrito en honor a Miguel Enríquez, quien secretario en Chile del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario) que entró en acción cuando Pinochet tomó el poder; en un encuentro armado lo buscaron y lo mataron, este es titulado “Poema del caído”
El tercero narra una acción fascista en Italia, el 28 mayo de 1974 cuando se hizo una manifestación en la plaza por los sindicatos, el terrorismo fascista colocó una bomba en un canasto de basura en medio de la plaza matando a 8 manifestantes e hiriendo a 102 personas, “Papeles de Infortunio”.
Por su parte, Jorge Fernández Granados agradeció la invitación a este Encuentro considerándolo como uno de los foros privilegiados para la poesía, no sólo en México sino en todo el ámbito hispanoamericano, “son muchas las voluntades que hacen posible que nos reunamos estos días, pero quiero destacar que más que poetas a mí me gusta decir que somos gente que trabaja con las palabras”.
Al concluir la jornada, Canfield destacó que la poesía se vuelve un instrumento fundamental para decir y despertar en quien la oye y la lee, las cosas que suceden y muchas veces no queremos ver, “es un instrumento de iluminación, de relación, de concientización, de educación; creo que eso es inevitable en la poesía”.
Aunque siempre escribió poesía de amor (desde los 13 años para ser exactos) en determinado momento se vio frente a estas situaciones violentas y de coraje, y siendo la poesía esa voz interior que se plasma en las palabras, pues tuvo que cambiar un poco su rumbo, pero la poesía sobre amor y romanticismo jamás dejará de salir de su pluma.




