El tercer concierto de la cuarta temporada de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes inició, de acuerdo a lo programado, con la Obertura: La Gruta de Fingal de Felix Mendelssohn, el Concierto para Violoncello en Re Mayor de Franz Joseph Haydn y después del intermedio escuchamos la Missa Brevis en Do mayor Kv. 220 de Wolfgang Amadeus Mozart. Como el programa quedó estructurado de manera verdaderamente breve, se decidió terminar con la Sinfonía N0. 35 en Re mayor K. 385, conocida con el nombre de Haffner del mismo compositor de Salzburgo. El director para este tercer concierto fue el maestro Juan Manuel Lozano Franco.
Después de la interpretación de la obertura de Mendelssohn, la Gruta de Fingal, escuchamos uno de los más apreciados conciertos de la literatura musical del clasicismo vienés, el De Violoncello en Re Mayor de Haydn, el solista convocado para este compromiso fue el maestro Orlando Espinoza, integrante en su sección en la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes como co-principal y también integrante del cuarteto de cuerdas José White.
Para la partitura de Haydn y de acuerdo al tipo de orquestas que imperaban en este período de la música, la Sinfónica prescindió de poco más de la mitad de sus atrilistas, recordemos que en el clasicismo, al que pertenecen Haydn y Mozart, las orquestas tenían, cuando mucho 30 o 35 músicos, así que siendo fieles a este repertorio, se presentó un necesaria reducción, la cual fue aún más drástica, claro, de acuerdo a lo que pide el compositor, en la Missa Brevis de Mozart.
El concierto, obedeciendo a un estándar del lenguaje concertante, está estructurado en tres movimientos en una secuencia que está igualmente estandarizada: Allegro Moderato, Adagio y Rondó. Allegro, es decir, una consecución de un movimiento rápido, seguido por uno lento para terminar con otro rápido.
La verdad es que escuché al maestro Orlando con problemas serios de afinación, sobre todo en el primer movimiento y principalmente en las notas altas, ya sobre la marcha fue corrigiendo estos deslices imposibles de ignorar y terminar de una manera aceptable. Sin embargo, sin ignorar estos problemas, hizo una ejecución muy decorosa de la cadencia en el Allegro moderato.
Después del intermedio, disfrutamos de una de las más bellas obras sacras del período clásico de la música, la Missa Brevis en Do mayor, Kv.220 de Mozart, con la participación del Coro de Ópera del Instituto Cultural de Aguascalientes, dirigido por el maestro Isidro Ortiz. Los solistas fueron: la soprano, Cristina Esqueda Bermejo. Andrea Isabel Ramírez Palacios, contralto, el tenor fue Francisco Tomás Gil y el bajo Carlos Arturo Mendoza.
Digamos que en términos generales fue una buena ejecución de la Missa mozartiana, la Orquesta Sinfónica siempre solvente y a la altura del repertorio que se va a ejecutar, el coro estuvo bien, así, sin más, no fue su mejor noche, pero tampoco podemos decir que estuvieron mal, cumplieron con el compromiso. En cuanto a los solistas, creo que faltó mucho trabajo de ensayo, tuvieron poco tiempo para preparar la obra y eso se notó en el concierto. De hecho no se publicaron los nombres de los cuatro solistas porque aún no se tenía certeza de quiénes serían, fueron tomados del mismo Coro de Ópera, y eso está bien, me parece que es justo que se les dé oportunidad de presentarse como solistas a quienes tengan la solvencia de hacerlo, pero con el tiempo suficiente para preparar bien el repertorio que se va a ejecutar. Evidentemente mostraron solvencia técnica, eso es incuestionable, pero mucha inseguridad ante la obra que se les encomendó, que no es cualquier cosa.
Pero lo mejor de la noche vino al terminar lo que estaba programado, se agregó la Sinfonía 35 de Mozart, fue una verdadera delicia escucharla, el director invitado, el maestro Juan Manuel Lozano dejó ver sus mejores modales en esta partitura, sobre todo en el cuarto movimiento, el Finale Presto, fue un placer escuchar la versión que nos propuso el maestro Lozano, valió la pena agregar esta pequeña delicia mozartiana, pequeña en términos de duración, pero gigante en su contenido musical.
Para la próxima semana, la Sinfónica será dirigía por otro huésped, en este caso es el maestro Rodrigo Macías con un programa compuesto por la Suite Karelia, Op. 11; el Concierto para Violoncello Op. 104 en Si menor de Antonin Dvorak, uno de los grandes monumentos para el violoncello concertante. Y en la parte final del concierto escucharemos la Sinfonía No.3, OP. 97 en Mi bemol mayor de Robert Schumann. El solista en el concierto de violoncello es el maestro Ildefonso Cedillo. La cita con su majestad la música es el viernes 7 de noviembre a las 21:00 horas en el Teatro Aguascalientes. Por ahí nos veremos, si Dios no dispone lo contrario. Hasta entonces.
rodolfo_popoca@hotmail.com




