Entonces, querido lector, después de escuchar al Presidente de la República sumamente molesto decir que existen grupos que quieren evitar que se ponga en marcha el proyecto de nación que él y su equipo tienen trazado para sacar adelante a la tierra de Ignacio Manuel Altamirano, me queda claro que las víctimas son ellos, son un gobierno secuestrado, maniatado, contra la pared, señalado sin razón y amenazado por nosotros los miembros de esta sociedad que tan ignorante no sabemos cómo comportarnos ante una administración ejemplar.
Al parecer no compartimos con ellos su PROYECTO DE NACIÓN, bueno, si tuvieran la atención de bajarlo acá a donde vivimos el 95% de los mexicanos tal vez nos podríamos sentar a discutirlo. El camino está trazado de manera magistral y, como nunca, México está listo y preparado para dar el gran paso al desarrollo, como aquel célebre y dudoso pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad, según Armstrong. Ahora según Peña estamos listos para catapultarnos al éxito.
El jefe se molestó y dijo textual “Hay protestas que no está claro su objetivo. Pareciera que respondieran a un interés de generar desestabilización, de generar desorden social y sobre todo de atentar contra el proyecto de nación que venimos construyendo”.
Le digo que ahora sí lo hicimos enojar y salimos regañados, eso de desestabilizar no es cualquier cosa, ¿cómo se desestabiliza usted? Pensemos en el rubro de sus finanzas, estoy casi seguro que su aguinaldo no será tan jugoso como el de los diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores, secretarios de estado y el mismo Presidente de la República, claro, pues ni que trabajara tanto como ellos y mucho menos, ni que tuviera la responsabilidad y compromiso que tienen los citados funcionarios públicos, en fin, con lo de sus finanzas, piensa en que con su aguinaldo va a pagar todos los gastos que conllevan estas fechas, hace sus cuentas y resulta que sí, en efecto, le alcanza, pero llega al centro comercial y resulta que todo, absolutamente todo subió un 20% y ya no le alcanzó, el incremento en los productos a causa de las reformas estructurales ocasionó que su presupuesto se desestabilizará, por lo tanto va a tener que comprar menos; eso tiene por consecuencia que alguien de su familia se vea afectado, de hecho usted mismo se verá dañado. Eso le causa malestar, pero la culpa no es de usted.
Es lo mismo que nos quiere decir nuestro molesto Presidente, el que esté enojadito no es culpa de él, es culpa de nosotros por andar desestabilizando el gobierno perfecto.
Del desorden social mejor, ni le cuento, por culpa de las manifestaciones de apoyo, repudio e inconformidad por la desaparición de los jóvenes normalistas se desencadenaron un sin fin de protestas que desde la óptica del gobierno están rayando en el desorden social. Sólo que desde mi muy humilde opinión Ayotzinapa es el pretexto para que la sociedad se manifieste en contra de la administración en turno; ese desorden social siempre ha estado presente desde tiempos del emperador Moctezuma.
Y el atentar contra el proyecto de nación, eso sí no tiene perdón de dios, cómo es posible que todo el pueblo esté atentando contra eso, el patrón está en todo su derecho de molestarse, tan transparente y claro que es su actuar como jefe supremo de las fuerzas armadas y manda más del cuerno de la abundancia.
Desconozco la razón por la cual le tenemos tan mala fe, si cuando se vino encima el escándalo de la licitación para la construcción del tren de alta velocidad entre las ciudades de México y Querétaro nuestro presidente salió al quite y canceló la citada licitación. Transparencia ante todo, sí señor.
Y no sólo Don Enrique está molesto, también su esposa, además ella está ofendida; cuidado, una mujer con ese sentimiento es delicada.
Yo digo que no se deshaga de su patrimonio que con tanto esfuerzo (desde los 15 años trabaja) obtuvo, a ver, póngase en sus zapatos, nada más porque su vecino es envidioso usted no va a remodelar su casa o comprar la que está atrás de su propiedad, sólo por evitarse el qué dirán; y de su salario, mejor ni pregunto, que tal si usted gana más que cualquiera de los profesionistas de su ramo y la empresa donde trabaja lo bonifica con bienes raíces. Lo ve, si nada más somos envidiosos, pura envidia y de la mala.
Mire que mandar por delante a la esposa para que aclara de dónde sacó el guardadito para comprarse su humilde morada, habla de quién lleva los pantalones en casa. Coincidencia de guionistas que en esta ocasión la pareja presidencial saliera molesta y ofendida a los medios, con todo el derecho de reclamar por las habladas en su contra.
Tenemos que creer y confiar, nada de levantamientos ni manifestaciones, aun y cuando el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados afirme que los mexicanos no confiamos en los partidos políticos, los sindicatos, el presidente o en las policías, confiamos en el Ejército, en la Marina y en las Universidades públicas.
Según de Louis Althusser y sus aparatos ideológicos del Estado: gobierno, educación, religión, milicia, medios de comunicación, familia, sindicatos y la cultura sirven para cohesionar y mantener funcionando a la sociedad; pero cuando la confianza en éstos se pierde difícilmente las naciones pueden salir adelante.
Deje de estár elucubrando, su proyecto de nación es nuestro proyecto de nación, qué no ve que a ellos también les duele Ayotzinapa, aunque como diría mi buen amigo Soren de Velasco Galván, para enfriar el malestar no hay nada como la época decembrina, la tregua obligada que encabeza el maratón Guadalupe Reyes y que corona el Niño Dios.
Dios bendiga los fines de año.
Twitter: @ericazocar




