La falta de agua, la sequía que se manifiesta cada vez más en varias localidades y ciudades del país es tema de todos los días. El pozo de los mil demonios, de la dramaturga mexicana Maribel Carrasco (reconocida internacionalmente), es una de sus obras que trata el tema. Ella ha obtenido infinidad de premios por su trabajo arduo hacia la niñez mexicana, entre ellos se encuentran el Premio de Obra de Teatro para Niños que convoca el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Teatro Isauro Martínez, y el Premio Nacional de la Juventud 1987 (Cuando el tecolote canta)1. Ha sido reconocida por su potencia escénica y alta calidad literaria. Además de dramaturga, se ha desempeñado como actriz y diseñadora de títeres, así como vestuarista y ha impartido cursos en toda la República Mexicana para creadores artísticos dedicados al público joven. Sus obras han sido representadas en varios festivales en Europa y América y sus textos han sido traducidos al alemán, italiano y francés. Actualmente forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Maribel Carrasco estuvo hace algunos meses en la ciudad, invitada por Alas y Raíces de Aguascalientes, con el propósito de asesorar el montaje de su obra El pozo de los mil demonios, obra dirigida por Marcela Morán. A propósito de tal fin, Morán comenta cómo surge la idea de retomar esta obra: “Hablando con Maribel, que es la dramaturga, le dije que yo me iba a ir por los cántaros porque aquí en Aguascalientes había unos señores que los llaman “sembradores de agua”, ellos de origen chichimeca, y sembraban agua, le cantaban con agua y sales, la sembraban a tres metros y al año aparecía un ojo de agua, a ella le maravilló esa idea y dijo “claro, adelante, me voy a ir al Aguascalientes rural y a los sembradores de agua y al uso del barro como un elemento de nuestra identidad”, y por ahí nos fuimos a jugar con el cántaro y el pozo”.
Este Pozo de los mil demonios no es la primera vez que se presenta en la ciudad, ha sido ya recurrido por dos grupos locales, aunque la diferencia es que éstos trabajaron con teatro negro como está acotado en el texto original. Haciendo historia nos remontamos al año 1999 cuando el grupo Máscaras Rotas, dirigido por José Luis Herrera, la presenta en el Teatro IMSS, en el mes de marzo, pero lo curioso es que ese mismo año, cinco meses después los grupos Colorín Colorado y Formación Actoral Al Trote hacen lo propio, pero presentándose en el Teatro Morelos y en su programa de mano hacen una aclaración: “El grupo Colorín Colorado no ha presentado con anterioridad esta obra”, debido a que causó confusión entre el público que ya había visto la versión de Máscaras Rotas, y pensaban que eran los mismos2. Lourdes Delgadillo, actriz, y participante de ese montaje de 1999 comenta: “Hace tiempo yo estuve en esta obra, dirigida por el maestro Jesús Martínez del grupo Colorín Colorado, fue una coproducción de ellos con Al Trote. Es un trabajo total y absolutamente diferente, nosotros lo montamos en teatro negro y fue una experiencia maravillosa en el Teatro Morelos, ya que trabajar en teatro negro es muy difícil y quisimos marcar las diferentes escenas que nos da la autora. En este caso yo veo que en este reciente trabajo está optimizada la escenografía, lo cual me parece maravilloso, es una propuesta muy interesante y no podemos hacer comparaciones, sino que yo diría que es un trabajo muy diferente. Esta propuesta con sólo un elemento en el escenario te lleva a todos estos espacios que marca la autora, es una experiencia escénica, y ver esto como público es muy padre”.
Miles de demonios que han deambulado dentro de nuestros sueños dan vida a El pozo de los mil demonios. La sequía, los valores, la fuerza de voluntad, son algunos aspectos que se presentan, sinopsis que nos detalla la trama de la historia que está dirigida a toda la familia. Sobre el porqué les llama la atención a los grupos montar esta obra, Lourdes Delgadillo comentó: “Es la temática sobre el cuidado del agua, además que la propuesta es fantasiosa, mágica y es experimentar algo distinto en diversos espacios, pero sobre todo creo que es por el tema”.
La experiencia de varios del reparto ha sido muy satisfactoria y Helen Carina Ramírez (actriz) nos comparte su experiencia: “Este trabajo lo empezamos desde octubre pero desde que leímos la obra nos enamoramos de ella, y más cuando conocimos a Maribel Carrasco y nos platicó de dónde surgió la obra ya que es muy ad hoc para estos tiempos. El proceso fue largo, más que nada por los recursos, el trabajo de mesa, ensayos, aunque la producción fue rápida. Fue muy divertido por todos los personajes que estuvimos trabajando”.
Sobre llevarla a otros municipios se comentó: “Sí, se pensó armable y desarmable, la desmontamos en 10 minutos para cargar la camioneta e ir a municipios y comunidades que yo creo que ellos tienen más conciencia de no desperdiciar el agua, y queremos llevar teatro a comunidades que están excluidas de este tipo de eventos y nos parece una obra muy adecuada para niños y toda la familia, es muy llamativa, y no quisimos descuidar ningún aspecto para que disfrutaran no de teatro de la calle sino teatro en la calle. Es un proceso que apenas empieza, vamos a dar unas 15 funciones y tenemos programado andar de gira un año.”
Al ver El pozo de los mil demonios, además de la historia y actuaciones muy profesionales, se nota el trabajo minucioso de la producción. La directora Marcela Morán, junto con Wenceslao Ruíz, fueron responsables de esta labor: “Fuimos creando los espacios, mi idea era un cubo, el uso del barro y la madera, y fuimos resolviendo todo porque la idea es ir a comunidades y que sea un montaje autogestivo es decir, los actores hacen tramoya, hacen personajes y cantan, bailan y actúan. Que el actor complete todos los fragmentos indispensables de la escena. Las actrices son Carolina Medina y Mayte Arteaga, egresadas de técnico superior universitario de Los Arquitos, y me dieron a elegir el reparto de apoyo, me encantó Helen para la mujer pájaro, Erika Cortés para el chamuco y Carlos Velasco para el demonio de la sequía y pude traer este soporte.”
Sobre si fueron poyados por Alas y Raíces, dijeron: “De hecho la iniciativa es de ellos, la obra fue asesorada por Maribel Carrasco, y me llaman a trabajar a mí y es la primera vez que dirijo a una generación de mi alma mater. Parece que vamos ir a comunidades trabajando con el DIF. Ha sido un espectáculo de mucho rigor y disciplina técnica, un producto con cierta poética, muy rural” explicó Morán. Por su parte, Erika Ortiz, encargada del programa Alas y Raíces de Aguascalientes con gran entusiasmo señaló: “Son sentimientos encontrados, es una carrera contra el tiempo, este Pozo tiene una serie de circunstancias que lo han enriquecido, que lo han favorecido, está casi secado pero no, el proyecto sigue. Algo tiene, está hechizado. Hay una diversidad de personajes, de lenguajes, una integración de todo un trabajo de reflexión hacia lo que realmente puede suceder si se acaba el agua, y lo que significa más allá de eso. Estamos comenzando este viaje ya con una siguiente etapa, con otro siguiente proceso. Esto es un producto de los alumnos de la carrera, por primera vez con el dramaturgo, con la dirección, con el apoyo escolar y además con la graduación de los chavos con un programa que ha hecho este ejercicio bajo coproducción con Conaculta. Este Pozo tiene muchos padrinos, madrinas, muchas luces y sombras. Es un trabajo titánico, mis respetos para los diseñadores”.
Y también Guadalupe Zaragoza, coordinadora de la carrera de actuación, acotó que el público respondió bien a las primeras funciones, que son necesarios algunos ajustes pero que está lista para ir ya a las localidades y municipios donde está programada la obra.
Sin duda este pozo sigue dando de qué hablar desde el 1999, con dos grupos que tenían la intención de llevar el mensaje a todos los niños y familias de Aguascalientes. Ahora esta una nueva producción, actualizada, diferente pero con el mismo mensaje: “No dejemos que se nos acabe el agua, cuidémosla de todos esos demonios que la acechan” y sigamos apoyando el teatro local.
1 http://maribelcarrasco.blogspot.mx/
2 Programas de mano, Colorín
Colorado (agosto, 1999),
Máscaras rotas (marzo, 1999).




