Agustín Basave planteó en su primer artículo del 2015 que a pesar del contexto que vive el país, el PRI se va mantener como la primer mayoría parlamentaria en las elecciones intermedias de 2015.
Dice que en ningún lugar del mundo el partido que gobierna y presenta malos resultados logra mantenerse a salvo en el siguiente proceso electoral.
Bastaría con los bajos niveles de popularidad que tiene el presidente Peña Nieto para obtener un rechazo contundente, pero si aumentamos la recurrente y no resuelta crisis económica, la falta de seguridad pública, la flagrante violación a los derechos humanos por parte de los cuerpos policiacos, ¿Por qué la gente votaría nuevamente por el PRI? Por mucho menos que eso se ha desterrado a una fuerza política en cualquier otra parte del mundo.
Dice Basave que México no es un país kafkiano, término que se asocia a situación absurda e inverosímil. No, México en relación con la política es más bien es un país beckettiano. El origen del término se refiere al dramaturgo Samuel Beckett que desarrolló una propuesta teatral planteada a partir de una situación de tragicomedia de la condición humana en un mundo sin dios.
No sólo por esta condición de país Beckettiano basa su pronóstico de que el PRI va ser la mayoría más grande en el Congreso de la Unión para 2015. En primer lugar establece que irá en aumento el proceso de radicalidad de los grupos antisistema como la Cente y Ceteg, por lo que el electorado se va a comportar de manera cauta dando el voto a élites en donde su comportamiento es predecible, para no caer en riesgos de anarquía.
Otro factor será el desprestigio que tiene la clase política que irremediablemente va a incrementar los márgenes de abstencionismo. Esto de manera automática beneficia al PRI, que mantiene la mayor cantidad de voto duro y la mayor estructura electoral del sistema de partidos.
Un factor más es la experiencia electoral y la cantidad de recursos económicos que destina a la compra del voto y a movilizar a las masas de los sectores pobres con prebendas y regalos. Si bien esta es una práctica de todos los partidos, gana quien tenga mayores recursos económicos para invertir el día de la elección.
Estos son elementos que ya conocemos y que se mantienen en cada proceso electoral, pero a diferencia de otros procesos electorales, en 2015 se incorpora un elemento nuevo que beneficia de manera indirecta al PRI.
Un elemento que va a actuar en el proceso electoral intermedio es el canibalismo político que se practica al interior del PAN y el PRD. La disputa de los distintos grupos políticos por mantener el control de la estructura en estos dos partidos llega a grado tal, que utilizan la máxima en la estrategia de guerra; “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”.
La guerra interna en estos dos partidos ha tomado dimensiones desproporcionadas por el afán del poder, y el gasto principal de energía se invierte en la vida interna de los partidos. Esto los deja sin posibilidad de hacer un planteamiento de oposición, porque ante un posicionamiento del partido surge un grupo al interior del mismo para desautorizar esa posición.
Por lo tanto, la función de contrapeso opositor para destacar las fallas y errores del gobierno, pero y sobre todo, mantener una agenda alternativa a los fallos del partido en el poder, terminan siendo planteamientos light que no generan ningún impacto ni beneficio al sistema político.
Éste, como muchos otros académicos, llega a la conclusión que el futuro político del país no está en manos de la partidocracia. Que está tan viciado el proceso interno de los partidos que las respuestas que surjan de la clase política difícilmente podrán generar una aportación propositiva y auténtica.
@normaglezz.




