Fíjate que en realidad mi intención para el banquete de esta semana no era Chris Squire, el infaltable bajista de Yes, tenía preparado un menú en donde podría recordar mis 30 años de hacer radio y extraña coincidencia, mi primer año de haber iniciado un programa de televisión llamado Súper Sesión, todo esto sucedió un 5 de julio. En 1985, hice mi primer programa en vivo, lo recuerdo bien, fue un programa en el que se recordaron los 15 años de la muerte de Jim Morrison junto a Lalo Valtierra y David García (qepd). Considero esta fecha como mi verdadero inicio en la radio, antes sólo hacía un programa grabado llamado “El rock y sus intérpretes” que salió al aire en febrero de ese 1985. Por otro lado, el 5 de julio de 2014 tuve la oportunidad de iniciar un nuevo programa de televisión en Cablecanal, es un programa de rock que indiscutiblemente está marcando una etapa importante en mi vida a través de los medios. Todo este asunto de la coincidencia de las fechas me pareció que era un buen pretexto para compartir contigo algo de lo que para mí ha significado participar activamente durante tres decenios en este apasionante, aunque a veces ingrato mundo de los medios de comunicación, pero bueno, creo que tendré que dejar esto para la próxima semana porque si te gusta el rock, ya sabes, ¿no?, el pasado domingo 28 de junio falleció el bajista de Yes, Chris Squire y esto, evidentemente, merece toda la atención.
Justo en este momento me encuentro escuchando el disco Relayer, producción de 1974, uno de mis favoritos de Yes, y claro, The gates of delirium es una de mis canciones más entrañables en el casi inagotable repertorio de esta agrupación de rock progresivo.
Para la grabación de Relayer, Yes estaba integrado por Alan White en la batería, Patrick Moraz en los teclados, Steve Howe en la guitarra, Jon Anderson en la voz, y por supuesto, Chris Squire en el bajo, él fue el único integrante de Yes que estuvo en absolutamente todas las grabaciones y participó en todas las giras de la agrupación, además de ser uno de los indiscutibles pilares del trabajo creativo, prácticamente interviene en la composición de casi todos los temas de Yes, sin contar que su solvencia como bajista era irreprochable.
Yes es una agrupación que durante su longeva existencia ha tenido diferentes formaciones, pero el mejor Yes me parece el integrado por Bill Bruford en la batería, Steve Howe en la guitarra, Rick Wakeman en los teclados, Jon Anderson en la voz, de hecho el cantante de Yes participó en todas las grabaciones, excepto en el disco Drama, en donde el vocalista es Trevorn Horn, y evidentemente Chris Squire, ya hemos comentado que él ha sido el único infaltable, incluso estuvo en la grabación y gira del disco Unión, en donde se unieron, de ahí el nombre, casi todos los que en algún momento han sido parte de la historia de Yes, el guitarrista Trevor Rabin, el baterista Alan White, el tecladista Tony Key, en total ocho músicos de los once o doce que en diferentes momentos han integrado esta agrupación, una de las más importantes dentro del rock progresivo británico, aunque evidentemente sus alcances musicales trascienden por mucho las fronteras del Reino Unido.
Yo descubrí a Yes en mi años en la secundaria, debió haber sido entre 1976 y 1977, aquel primer disco que escuché era el Close to the edge y recuerdo muy bien aquella fascinación que me generaban todos esos sonidos, no muy familiares para quien esto escribe, debo decirlo, en ese momento mi pobre experiencia musical se reducía a un puñado de grupos, buena música, muy buena de hecho, pero mi universo musical se limitaba a The Beatles, Creedence, Rolling Stones, y dos o tres más, apenas estaba a punto de saborear todas esas exquisiteces que encontraría en el rock progresivo, pero fue despacio, había, hay, de hecho, demasiada música que escuchar. De manera paralela con Yes completaron mi horizonte musical Emerson, Lake & Palmer, King Crimson, Genesis, Gamel, y toda la constelación de luminarias italianas, principalmente Le Orme, Premiará Forneria Marconi, Banco del Mutuo Soccorso, Il Balleto di Bronzo, entre otros más, así, con estos y otros nombres, se consolidó mi irreprimible pasión por el rock progresivo.
Yes ha pasado por diferentes etapas, unas más creativas que otras, pero su mejor momento lo encontramos en discos como Close to the edge, Frágil, el doble en vivo, aunque en el formato de vinilo era triple, Yessongs, Tales of topographic ocean, o Relayer, sin ánimos de menospreciar sus primeros discos, el homónimo o el Yes Album aparecidos entre 1969 y 1970, en donde es evidente su búsqueda por nuevos sonidos y diferentes vías de expresión a través de la música y renunciando al vulgar facilismo que tanto daña a la más honesta expresión musical.
En la carrera de Yes también hay momentos de incuestionable debilidad, a mí me parece que estos momentos están ejemplificados elocuentemente por discos como 90125, o Big Generator, aunque más tarde, a mediados de los años noventa recuperan su compromiso con la buena música en un excelente disco llamado Talk, con el guitarrista Trevor Rabin y el tecladista Tony Kaye.
Después de la muerte de Chris Squire, considerándolo como el motor móvil de Yes o el eje central de toda esta inmensa entidad musical, vale la pena preguntarnos si Yes continuará vigente, yo creo que no, al menos no deberían, aunque claro, tú tienes la mejor opinión.
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