- La venta de artesanía no debería operar con el mismo régimen que el del comercio general: Imac
- Por tratarse de productos con peso histórico y cultural debe considerarse una nueva manera de operación administrativa
Debido a que el Código Municipal no permite la entrega de nuevos permisos para el comercio informal, los grupos de origen étnico que llegan periódicamente a la ciudad para vender sus artesanías terminan relegados y con complicaciones para alimentar a sus familias.
Después del periodo ferial, el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (Imac) desarrolló un programa permanente titulado Pabellón Artesanal, que consiste en una docena de carpas ubicadas en el Jardín de los Palacios o el Andador José María Chávez, donde diversos artesanos comercializan sus productos sin tener que pagar algún permiso o comisión especial.
A tres meses de implementado, el director general, Alejandro Vázquez Zúñiga, celebró el acercamiento de más artesanos que se encontraban dispersos y afectados por la falta de permisos para su vendimia, con lo que se suman 30 artesanos reunidos en una colectiva de grupos étnicos (principalmente wixárikas) y artesanos locales.
El funcionario municipal subrayó que por lo que implica la venta artesanal -en particular la de ciertas etnias como los wixárikas-, estos grupos deben ser atendidos por un régimen distinto al que se opera el comercio en general, principalmente porque el origen de sus materias primas son completamente distintos a los de la ropa común o productos del hogar: “No puede compararse la materia prima importada de China a la que usan los artesanos, porque ellos extraen de la naturaleza sus materiales”, buscan en árboles, piedras y animales, además de que forjan sus propias artesanías con las manos sin necesidad de maquinaria ni procesos industrializados.
Como institución de fomento cultural, el Imac trabaja para concientizar a la población de lo importante que es el entender esta actividad, es un producto con una tradición milenaria, por ende, tiene un valor y trato distinto, no de diseminación, sino por el contrario de reconocimiento especial por su labor cultural e histórica.
Óscar González Santiago, coordinador de promoción y difusión cultural del Instituto, detalló la generación de un espacio idóneo para la difusión y venta de todos estos productos que van desde anillos y pulseras hasta laboriosos collares de chaquira miniatura; el Pabellón Artesanal busca que los artesanos tengan un espacio propio para la venta constante pero también de intercambio y aprendizaje continuo.
Para que haya un intercambio de cosmovisión y de opiniones se generan también círculos de lecturas, conferencias, presentaciones editoriales y talleres de capacitación, con la finalidad de crecer y fortalecer la comunidad artesanal de Aguascalientes y grupos de origen étnico, los cuales en la mayoría de las ocasiones son discriminados y poco atendidos: “Nosotros creemos que desde nuestra trinchera estamos en proceso de contribución a la perpetuación de esta actividad tan importante como lo es la producción artesanal mexicana”, además del espacio, la dependencia los orienta para darse de alta en el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), estimular su interés en participar en programas federales e incrementar su reconocimiento en el ámbito regional y nacional: “Tratamos de hacer todo lo que esté en manos del Imac para mantener vivas estas tradiciones culturales en la ciudad”.
En julio del 2014, el regidor de cultura Iván Sánchez Nájera manifestó la preparación de una propuesta de reforma al Código Municipal para permitir actividad comercial de los grupos étnicos en el primer cuadro de la ciudad; sin embargo, a más de un año de su pronunciamiento, el Cabildo capitalino no ha recibido tal documento ni petición del funcionario.
