Con motivo de la develación de la placa de 50 funciones de la obra Los monólogos de Urtusástegui, el Foro Cultural al Trote se viste de manteles largos y nuevamente hace partícipe al público a celebrar este logro. Han sido escasas las obras que llegan a develar placa, ya sea por cambio del reparto o falta de apoyo del público; cuando se tiene más de 50 representaciones, el montaje ya se convierte en repertorio.
En plática con el director, José Claro Padilla, y los actores del reparto, comenta éste que esta obra fue bien vista por su autor, Tomás Urtusástegui, quien quedó muy complacido del trabajo realizado por al Trote: “hemos hecho una buena comunicación con él, a pesar de que los dramaturgos son muy exigentes en sus obras e inclusive no les gusta verlas. Ha visto del repertorio Princesas desesperadas y Los monólogos. Al maestro le importa que sus obras estén bien montadas, y el público las disfrute y las entienda. Urtusástegui buscar la comunicación a través de la reflexión”.
Todo inició a partir de una idea del director en el año 2010: “empezamos como un experimento que se le había ocurrido a José Claro, dándonos un monólogo a cada quien y estábamos con la incertidumbre si le fuera a gustar al público; y qué bueno que ha durado; el elenco se mantiene junto, con 50 representaciones. Mi monólogo se llama ‘El atascadero’ y me encanta, me divierto bastante” dijo el actor Francisco Olayo.
Además de “El atascadero”, está el monólogo “Cuatro cirios para mi cadáver” que es actuado por Jorge Arenas, quien por cierto fue nominado como Revelación Actor Premios A Escena 2010. Los monólogos de Urtusástegui ha recorrido varias plazas de la República Mexicana: “Hemos tenido la suerte de haber ido a la Ciudad de México; [hemos estado] en el Festival de los Amantes del Teatro, en Loreto Zacatecas; además de una gira a Guanajuato, León y Salamanca donde nos recibieron con los brazos abiertos”, comentó Arenas.
Son más de dos años de presentar esta obra; Jorge Arenas contó una anécdota a propósito de esto: “en una ocasión, cuando presenté mi monólogo, que era uno de los finales, me tocaba –mientras actuaban mis compañeros– esconderme en lo que era el baño, y la entrada estaba tapada con una lona, y acomodábamos todo a oscuras, a la hora de meterme me tropiezo con una de las lonas y me di un golpazo en la cabeza que Dios es muy grande que no me desmayara y así mareado salí a bailar en la última escena, pero son gajes del oficio y de hecho no me podía desmayar, porque ¿quién me ayudaba?, estaba yo solo, fueron minutos angustiosos, fue como en la función 25”.
Y así hay otras historias. Este proyecto ya tiene sus 25 velitas. La obra se va a repertorio y se presentará dependiendo de las invitaciones que se le hagan en festivales u homenajes al maestro Urtusástegui.
Jorge Arenas dio un mensaje a todos aquellos que gustan de la cultura: “no dejen de ver teatro, es una inspiración no solamente del momento sino una inspiración de vida”.





