Jesús Morquecho
En nuestro México existen muchos problemas que requieren nuestra atención para lograr avanzar en la construcción de una mejor nación para todos, por ello es necesario jerarquizar las necesidades que tenemos. Una de ellas es sin duda los huérfanos en nuestro país.
Es interesante comentar que no existe un dato exacto sobre el número de niñas y niños que en la actualidad perdieron a uno o a sus padres. En el Censo de Población del 2010, el INEGI informó que había un total de 19 mil 174 menores de edad huérfanos internados en casas hogar, sin embargo no se precisó el total de huérfanos, así como los niños en la calle.
Aunque en México contamos con un Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que intenta brindar apoyo a los menores de edad en situación de orfandad, podemos ver que el esfuerzo no es suficiente para atender el problema.
La Unicef, un organismo interesado no solamente por su salud sino en la atención de sus necesidades básicas, así como el riesgo de abuso, maltrato y trata, clasifica a México como el segundo país de América Latina después de Brasil con 1.6 millones de niños huérfanos.
En los análisis sobre la guerra contra el narcotráfico, que por cierto se intenta reducir la criminalización de los consumidores y a la vez en nivel de la guerra no existe una contabilidad sobre los menores que se han quedado sin padres, las organizaciones civiles estiman que hay unos 50 mil huérfanos en México por la guerra contra el narcotráfico.
De acuerdo con el Centro de Análisis de Políticas Públicas (México Evalúa), en el documento de índice de víctimas visibles e invisibles de delitos graves, entre 1990 y 2010, las víctimas invisibles de primer grado afectadas por la guerra contra el narco ascendió a 803 mil 519, sin que haya una cuantificación de los menores huérfanos.
No está de más leer los análisis, consecuencias y resultados de la violencia que existe en México hacia las niñas y niños huérfanos por parte de un sistema indiferente al dolor de estos pequeños y jóvenes, que simulan programas con una fracción de ellos para propósitos de imagen.
Si realmente nos interesara un México más justo, con principios y valores, es necesario atender a los huérfanos de nuestro país, y para ello necesitamos no sólo saber cuántos y en dónde están, sino focalizar esfuerzos para que estos chicos y chicas puedan integrarse a una familia que les brinde seguridad, alimentación y educación, en un ambiente de aceptación y respeto. No podemos seguir creyendo que la responsabilidad de solucionar este y otros problemas es de los partidos políticos o del gobierno en turno. Es necesario el concurso de la sociedad, primero promoviendo iniciativas de ley para su agilización y delimitación de responsabilidades, y después la convocación de familias sanas que entiendan que este es un problemas de todos. Por ello hagámoslo nosotros.




