En todo el país se promueve la formación del Mando Único de Policía. Aguascalientes presume de ser el primer estado de la Federación que lo implementó en el mes de octubre de 2010. Posteriormente, en varias entidades de la República se ha repetido el procedimiento y hasta ahora los informes son de que la medida ha sido efectiva. Llama la atención que siendo la idea, una propuesta para el mejor funcionamiento de los servicios de seguridad en el ámbito nacional, no se haya implementado desde un principio como una medida obligatoria en todo el país. Hasta donde sabemos la propuesta nació como una propuesta de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) en marzo 2010. Posteriormente, el tema ha sido analizado en diversos foros de especialistas, incluso en las cámaras del Poder Legislativo con la intención de que el sistema funcione en todo el territorio nacional, lo cual hasta la fecha no ha sucedido. El crimen no reconoce fronteras ni categorías, sucede en todos los ámbitos. Las policías separadas en municipal, estatal, federal, además de bancaria, turística y otras hacían complicada la labor de prevenir, detener y solucionar el delito. Por ello el Mando Único policial tiene lógica. De la misma manera y por las mismas razones, ¿qué no sería bueno que tuviéramos un Mando Único en Salud? En este caso el delincuente es la enfermedad, que tampoco reconoce demarcaciones, por eso existe la Salud Pública. Sólo que las instituciones sanitarias están como estaba la policía, dividida en secciones o comisarías. Hasta la fecha tenemos en nuestro país cinco instituciones dedicadas a la salud social, la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado, el Seguro Popular y el Sistema DIF. Hasta hace algunos años contábamos con otras como el servicio médico a trabajadores ferrocarrileros, de Pemex, de la CFE y otras dependencias gubernamentales que finalmente fueron incluidas en el IMSS. Existen además sistemas de atención en salud para empleados bancarios y otros consorcios empresariales. Todas persiguen el mismo fin, la salud. Y todas padecen del mismo problema que tuvieron o siguen teniendo las policías, que cada una busca el remedio a su manera, a su estilo, con sus propios recursos, sus propios sistemas, sus propios sindicatos y sus propios directivos, curiosamente todos ellos designados por la máxima autoridad civil. Aún cuando se autonombran Sector Salud, en la práctica cada uno de los organismos realiza su labor por separado y con una mínima o nula colaboración interinstitucional. Y sucede los mismo que con la policía, hay inoperancia. Un paciente que requiera un trasplante renal, es muy probable que no lo reciba porque el instituto al que está afiliado no cuenta con ese servicio. Pero en lugar de enviarlo a otra dependencia que se halla en la misma ciudad será enviado a otra ciudad, en otro estado, donde sí se cuenta con el servicio. Por supuesto, con el consecuente aumento en los costos, que es lo menos importante porque lo grave es el daño a la salud del paciente, con la dilación en recibir el servicio, la falta de seguimiento de un equipo médico que le conozca y las incomodidades propias del traslado. Desde luego no es el único caso, porque sucede con cirugía de corazón, neurocirugía, atención a quemados y un sinfín de patologías complejas que muchos hospitales no realizan. Aun más, si un paciente es derechohabiente de un instituto y por cambio de trabajo, pasa a otro, su expediente clínico dejará de existir. Cuando un hospital se queda sin medicamento, no es nada fácil, que otro nosocomio de otra dependencia, le surta el fármaco. Ya que ninguna de los organismos de salud tiene comunicación con otro. Claro que las cinco dependencias funcionan coordinadamente en algunos casos como las campañas de vacunación, campañas de prevención de cáncer, erradicación de parásitos y algunas más. Algunas instituciones no cuentan con departamentos básicos que otras sí tienen, por ejemplo salud mental, psiquiatría, fisioterapia, imagenología (tomografía y resonancia), electrodiagnóstico y varias más. El resultado final es el mismo que en el caso de las varias policías, el delincuente-diagnóstico no es identificado o no es atrapado y el crimen-enfermedad-muerte se comete impunemente. Podemos aprovechar la buena acogida que ha tenido el Mando Único policial y pasarlo al campo de la salud, que mucha falta nos está haciendo.
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