- Muchos de los puntos contenidos en el plan sexenal 2010-2016 no han sido implementados
- Crece más rápido parque vehicular de lo que nacen niños en el estado
- Necesario entender qué determina la elección de medios de transporte
Las acciones en materia de obra pública urbana de los últimos años han carecido de un instrumento que las articule.
A pesar de que la actual administración estatal se comprometió a elaborar un Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (Pimus) para la zona metropolitana de la Ciudad de Aguascalientes, los resultados siguen siendo desconocidos, apuntó Fernando Aguilera Lesprón, coordinador regional del colectivo Ciudadanos por Municipios Transparentes (Cimtra) durante el Foro Transporte Digno realizado por organizaciones de la sociedad civil.
Durante el segundo bloque, Sistemas vanguardistas de transporte público, el arquitecto Oscar Aragón Jiménez refirió que en los últimos doce años los resultados en materia de movilidad han sido débiles. Trabajar sin un estudio de planeación, dijo, “es como remodelar tu casa sin una idea de lo que quieres hacer”.
Denunció que gran parte de los puntos contenidos en el plan sexenal 2010-2016 no se han implementado: un sistema de transporte público alterno, un proyecto de ciclovía metropolitana, un transporte urbano y suburbano multimodal y sustentable, un Programa Sectorial de Infraestructura Vial, Movilidad, Transporte y Estacionamiento, un programa estatal de carretera, una campaña de seguridad para peatones y automovilistas, el mejoramiento de sistemas de semaforización, entre otras.
Entre los compromisos cumplidos por Carlos Lozano de la Torre se encuentran la conclusión del Tercer Anillo y la construcción de pasos a desnivel: “hasta 2005 había siete pasos a desnivel, en diez años se hicieron 38 nuevos pasos; ha mejorado movilidad, pero sólo para usuarios de automóviles; ni peatones ni usuarios de transporte colectivo o bicicletas se benefician con estas obra”.
Desde la perspectiva de José Luis Romero Rivera, presidente del Colegio de Arquitectos, el plan de desarrollo urbano que posicionó a Aguascalientes como un estado vanguardista hace décadas, perdió vigencia desde que pasó de ser una ciudad con 230 mil habitantes a una metrópoli con una población superior al millón de habitantes. “En los años ochenta los modelos de planeación determinaron que la zona residencial se ubicaría al norte, donde están las tierras cultivables; la zona industrial al sur por los vientos dominantes y porque el principal traslado de mercancía era hacia la Ciudad de México. La vivienda de interés social debía estar en el oriente (…) donde es costoso trasladar a personas debido a sus características topográficas. El poniente nos asustaba por su cercanía al río”. Lamentablemente no se previeron las necesidades de crecimiento. Actualmente conviven en las vialidades vehículos de alto tonelaje, algunos incluso cargados con explosivos, con ciclistas, con peatones automóviles particulares y camiones públicos, lo que resta funcionalidad en todos los sentidos.
Jaime Sáinz Santamaría, director regional del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), refirió que las políticas públicas en materia de movilidad deben basarse en evidencia empírica, al considerar factores como la densidad poblacional, el clima, la topografía y el nivel socioeconómico de los centros poblacionales, además de las distancias al trabajo o la escuela, el precio del traslado, las probabilidades percibidas de accidente o violencia y las preferencias personales, inciden en la elección individual del transporte.
Desde la academia, Sáinz recomienda entender qué determina la elección individual de medios de transporte y cuáles son sus consecuencias.
Propuso además trazar objetivos de primera y segunda generación en los planes de desarrollo. En la primera se encuentran los tiempos de traslado y la comodidad, la seguridad y la reducción de la contaminación y ruido. Entre los de segunda generación figuran reducir emisiones contaminantes, aumentar la calidad de vida y facilitar un acceso equitativo a usuarios, independientemente de su ingreso o edad.
El presidente de la Federación de Ciclistas Urbanos y director de Urbanismo Positivo, Gustavo Gutiérrez de la Torre, expuso que Aguascalientes parece perseguir el modelo de desarrollo urbano que llevó a la Ciudad de México al colapso: “Aguascalientes no tardará más de seis años en que vean pasos a desnivel colapsados. La solución a este conflicto no es la ampliación de calles, la construcción de pasos a desnivel o de freeways -vías rápidas- (…). El tráfico se comporta como un gas, adopta la forma y tamaño del espacio que lo contiene. La ampliación de calles propicia tráfico”.
En la entidad se contabilizan más automóviles que niños. La tasa de motorización en México es de 9.6 por ciento, mientras que la de natalidad del 9.23 por ciento; la tasa de población crece a un 2.2 por ciento en tanto que el parque vehicular lo hace a un siete por ciento anual, explicó.
“El reto es mover personas, no vehículos. Es decir diseñar las ciudades a escala a humana, para que la ciudad sea de personas y no de usuarios de vehículos. La respuesta es tener opciones suficientes para movernos de forma multimodal y ciudades compactas.”
El Foro de Transporte Digno, realizado en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), fue organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Colectivo Ciudadanos Municipios por la Transparencia (Cimtra), la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac), el colectivo Aguas con la Bici, Proyecto Caminacálidos, la Confederación Regional Obrera Mexicana (Crom) y la asociación Podemos Cambiar. Contó con la asistencia de políticos, académicos, estudiantes y ciudadanos interesados en la temática.
