Nada es casual en su ruta.
Magdalena Gómez
Enero de 1994. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levanta con armas y con su palabra, que es la palabra de muchos pueblos originarios pero también de la sociedad mestiza en un México marcado por la desigualdad y la injusticia. Esa fue la fecha del levantamiento para los medios de comunicación que informaron sobre los hechos ocurridos en el sureste mexicano. En cambio para la otra historia, para la contada por las voces que actuaron directamente en el levantamiento zapatista, el verdadero levantamiento se dio el 8 de marzo de 1993; cuando las mujeres zapatistas promulgaron la Ley Revolucionaria de Mujeres, que, por mucho, nosotras las mestizas ya quisiéramos tener pese a la moda de la “igualdad” que no puede explicar tantos feminicidios. Comparto algunas demandas de esta ley:
Váyanse a la chingada. Comandanta Susana- EZLN
Primero: Las mujeres sin importar su raza, credo o filiación política, tienen derecho a participar en la lucha revolucionaria, en el lugar y grado que su voluntad y capacidad determinen. Séptimo: Las mujeres tienen derecho a elegir su pareja y a no ser obligadas por la fuerza a contraer matrimonio. Las mujeres queremos el derecho de decir nuestra palabra y que se respete, queremos el derecho de estudiar y hasta ser choferes. Mientras la lectura del texto avanzaba de manera simultánea estaba siendo traducida en varios idiomas originarios, al terminar hubo aplausos de todas las mujeres presentes en la asamblea del Comité Clandestino Revolucionario Indígena pero un silencio inquieto de los varones que estaban absortos, según narra quien fuera el subcomandante insurgente Marcos, entonces un responsable tzeltal al término de la lectura de la Ley Revolucionaria de Mujeres comentó sonriendo: “lo bueno es que mi mujer no entiende español, que si no…” A lo que una oficial insurgente tzotzil le respondió: “te chingaste, porque lo vamos a traducir en todos los dialectos”. El compañero bajo la mirada. La ley se aprobó por unanimidad, ¿y cómo no? Ante las bromas de que las mujeres habían dado el primer alzamiento, Susana respondió: Váyanse a la chingada, y algo más en tzotzil que nadie se atrevió a traducir. Así es como lo documenta el extenso libro coordinado por Sara Lovera y Nellys Palomo, titulado: Las alzadas.
La resistencia de los pueblos originarios como podemos ver es permanente y ancestral a un proceso de colonización que sigue en marcha, que no ha concluido con una etapa histórica enmarcada en el periodo de la conquista española, sino un proceso que en la actualidad sigue ocurriendo porque aún queda mucho, los recursos naturales, especialmente el agua, el trabajo de las comunidades, los territorios, la cultura, la ciencia y desde luego las personas.
La visita de Jorge Mario Bergoglio a Chiapas, exactamente a San Cristóbal de las Casas, responde al sentido medieval que aún tiene la iglesia católica respecto a los pueblos originarios, va a reclamar sus propiedades, el feudo va a ver cómo marcha el negocio porque le preocupa la cantidad de religiones que se profesan en ese territorio de mayor importancia. En Chiapas sólo el 45% de la población se identifica con el catolicismo, enorme diferencia con el resto del país, donde el INEGI señala que de cada diez mexicanos, ocho son católicos.
La voraz colonización
La llegada de Bergoglio no es casual, aunque su evento en Chiapas esté plagado de simbologías indígenas como lo define la arquidiócesis de San Cristóbal de las Casas, no es sólo por lo buena onda que es el jerarca católico que serán traducidos en varios idiomas originarios tzotzil, tzeltal, chol, las lecturas de sus mensajes a los que se unirán los cantos de niñas y niños mixes, las danzas rituales, orar danzando, en la vestimenta papal la mitra, la casulla y el báculo tendrán distintos símbolos indígenas, en el altar habrá una réplica de Palenque y las cascadas de Agua Azul; por más que quieran asegurar que los motivos son litúrgicos, antropológicos y teológicos, la verdad es que se asoman las ganas de la jerarquía católica de terminar de poseer a esos y esas que por siglos se han resistido pese a la cadena infinita de exclusión y marginación. Qué razón tienen las palabras de la comandanta Susana.
Tampoco es casual que a casi 20 años de la firma de Los Acuerdos de San Andrés Sakam´ch’en de los pobres y el fraude en el que los distintos gobiernos se coludieron, estos pueblos en resistencia fueron enviados nuevamente al olvido y que aquella maldita trinidad, es decir el PRI, PAN y PRD, hayan firmado a traición y dando por hecho los derechos de los pueblos indígenas que no han servido para nada, una aspirina al dolor histórico, sistemático de quienes habitaron primero estas tierras.
El 16 de febrero de 1996 inició otra etapa en la larga travesía de los pueblos originarios rebeldes y resistentes, no hubo fotos porque sabían que no se podía confiar en el gobierno. No se equivocaron. 20 años después pisa tierra revolucionaria Francisco Bergoglio acompañado de cientos de cámaras, flash, y desde luego Tv Azteca y Televisa, que principalmente llenarán sus arcas hasta desparramar su codicia.
En febrero del 2015 Francisco Bergoglio dijo estar preocupado de que la “mexicanización” ocurriera en Argentina, haciendo referencia a la violencia y el poder del narcotráfico y el crimen organizado, fue un momento de tensión para el gobierno mexicano que se tuvo que tapar la boca y tragar sus reclamos. Hoy todo está olvidado, la iglesia católica puede hacer eso y más al final todo es un negocio hasta el mismo papa, que se deja encantar por las televisoras, especialmente por la que hoy ha lanzado a la infamia al presidente de México, la división de los dineros abonará a los latifundios televisivos y religiosos miles de millones de pesos que no caerán nada mal en estos tiempos donde la moneda mexicana es la segunda más golpeada a nivel mundial debido al alza del dólar, al mismo tiempo, el gobierno respira algunos días con la distracción doctrinal.
Así es como el papa cae en las fauces del feminicida Estado mexicano, de Televisa y Tv Azteca, el poder del foco rojo. Es así como la mexicanización tocó a quien tanto se asustaba de los niveles de pudrición en este país. ¿Y cómo no sentir poder con esa cantidad de gente movilizada, de recursos (mal) gastados, de medios observando? A saber, pero quizá de regalo Jorge Mario Bergoglio nos traiga un montón de espejitos brillantes y luminosos con los que nuevamente la televisión motivará a que le den la despedida, en tanto que habremos quienes sin espejo repetiremos las sabias palabras de Susana.
chuyescribe@gmail.com | @Chuytinoco
