Y Entonces Bernard y Lenina decidieron por fin tomar el tour que tanto les habían ofrecido, conocer una civilización completamente distinta a la suya; escapar por un momento del orden perfecto, del mundo feliz, del progreso, de la democracia, del entretenimiento impecable y la religión que llega y aglutina al total de los habitantes, porque todos tienen los mismos derechos aunque no sean iguales.
Así pues dejaron la burbuja esterilizada de Huxley y tomaron camino hacia Mal país; la primera parada que hicieron fue en la tierra de la gente ¿buena?…, donde la inseguridad estaba rebasando a los gobiernos municipales y estatales, la ola de violencia se expandía por los pocos kilómetros del singular asentamiento humano. Lenina y Bernard circulaban por un paso a desnivel en un auto completamente distinto al resto del entorno, ahí encontraron detenido a un viejo vehículo al parecer de carga, sin luces ni señalamientos. Los nativos del lugar esquivaban el obstáculo sin mayor empacho, el accidente que ocasionaría era casi un hecho, pero eso no fue todo, metros adelante identificaron un automóvil con un extraño decorado, rotulado con el texto policía vial, el cual utilizando un ruido ensordecedor ordenaba abrir paso pues al parecer existía una emergencia. Los dos viajeros observaban con atención sendo espectáculo, esperado un cierre descomunal. Qué podía ser lo que movía a todos los vehículos detenidos por una luz roja, qué era más importante que el tránsito vespertino; y de pronto apareció el motivo del revuelo, la razón por la cual aquel vehículo rotulado con el texto policía vial había ocasionado un caos, arroyado a pequeños autos, violado la luz roja, y entonces emergió majestuosamente una unidad más grande que todas, de color rojo con blanco, con un escudo y un texto que decía Club Necaxa. Lenina y Bernard pensaron que se trataba de un transporte especial, tal vez dentro de éste viajaba el dueño de Mal país o un grupo de destacados habitantes con una misión importante que cumplir o tal vez su líder espiritual venido de la Patagonia. ¿Hacia dónde se dirigía, por qué tanta prisa, cuál era la razón de borrar de su camino a todas las otras unidades móviles? El Club Necaxa, qué es eso, ambos se preguntaron; en ese momento Lenina tomó un aparato que le permitía obtener información de los objetos con el simple hecho de apuntarlo hacia ellos. Es un equipo de futbol soccer, dijo ella, sin entender a bien qué era eso, Bernard tomó el aparato y leyó, es un equipo deportivo establecido en la tierra de la gente ¿buena?…, por más que los dueños y directivos tratan de hacerlo competitivo los intereses generados a su alrededor lo impiden, carecen de afición y son relegados a una liga denominada de ascenso, ¿a dónde ascienden? Seguramente al paraíso de Mal país, respondió Lenina; entonces esa es la razón por la cual el vehículo rotulado con el letrero de policía vial les abre paso, complementó Bernard, creo que ya estoy entendiendo; el club Necaxa es un equipo insignificante dentro del negocio del espectáculo deportivo de Mal país, son pocos sus seguidores y no cumplen con los estándares de calidad que en una civilización desarrollada como la de nosotros se pide; tienen que abrirles el paso para que lleguen al punto donde se enfrentarán a otra escuadra con similares características deportivas y en su trayecto van dejando la huella de la soberbia infundada, la marca de los habitantes que piensan que son superiores a los demás por el simple hecho de ocupar un espacio dentro de los peldaños del espectáculo mediático, pretenden ser como los alfa de nuestra civilización pero no lo son, ni siquiera cuentan con las características de nuestros embriones épsilon. Mientras la inseguridad aumenta en el asentamiento humano de la gente ¿buena?, las instituciones encargadas de velar por la paz escoltan a quienes están comprometidos con nada.
La visita de Lenina y Bernard curiosamente coincidió con la del líder espiritual de los habitantes de esta civilización, quien, a diferencia de sus antecesores, dejó ver que más allá de la religión, la fe y por supuesto la mercadotecnia está poniendo especial interés en sus seguidores. Con discursos fuertes las autoridades de Mal país tapaban sus oídos, no estaban acostumbrados a tales verdades, aquí un fragmento interesante: “En esta expresión, hay un anhelo de vivir en libertad, hay un anhelo que tiene sabor a tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean moneda corriente. En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”.
Y entonces los oídos sordos de los representantes políticos de Mal país se incomodaban, no esperaban tales discursos: “De modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!, perdón, hermanos. El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes”.
Lenina y Bernard disfrutaban de tales palabras, mientras presenciaban la alegría de los habitantes de Mal país y veían con sorpresa las caras de incomodidad de los que podrían llamarse alfas en su mundo feliz.
@ericazocar




