Colegio de Estudios Estratégicos y Geopolíticos de Aguascalientes, A.C.
Parral, Chihuahua. 12 de abril de 1916. El piafar de los equinos, el sonido producido por los cascos de la caballería estadounidense y la vista de la bandera de las barras y las estrellas, mecida por la brisa primaveral, irrita a la agraciada joven llamada Elisa Griensen, quien ve profanado su terruño. La encumbrada dama increpa al primer edil, José de la Luz Herrera, por su pasividad ante el desfile de los invasores angloamericanos.
Enfurecida como una leona herida, Griensen se dirige a la Escuela Primaria No. 99 y toma el lábaro tricolor. Después, arenga a los niños del quinto año para defender la patria violentada. Los párvulos, mesmerizados por sus palabras, siguen a la amazona chihuahuense para encarar al ocupante norteamericano.
La escena arriba descrita sirve como prólogo al presente artículo, el cual pretende explicar quién era Elisa Griensen y como su actuación fue un catalizador durante la llamada Expedición Punitiva, la cual es también conocida como la tercera invasión yanqui.
María Elisa Martiniana Griensen Zambrano vio la primera luz el 2 de enero de 1888 en Hidalgo del Parral, Chihuahua. Su padre, Juan Griensen, había nacido en Francia y su progenitora, María Lucía Zambrano, era oriunda del llamado “estado grande”.
Nuestra heroína creció en un entorno depauperado, pues a temprana edad quedó huérfana. Sin embargo, como se estilaba en la época, quedó a resguardo de su hermana mayor, Virginia. El sino de Elisa cambia cuando Virginia contrae nupcias con un acaudalado empresario minero. La Revolución Mexicana sorprende a Elisa cuando estudiaba. Algunas versiones la sitúan en la Unión Americana, específicamente en Texas; otras en la “perla de occidente”: Guadalajara.
Mientras tanto, Francisco Villa y su División del Norte habían sido derrotados en las batallas del Bajío y la campaña en Sonora. Asimismo, los Estados Unidos habían reconocido a Venustiano Carranza como líder de México. Enfurecido por tanta ingratitud de los norteamericanos, Villa reunió a sus leales y, sobre la marcha, les explicó que su destino era Columbus, Nuevo México. El objetivo principal: los hermanos Sam y Louis Revel, quienes le habían vendido “parque de palo” -munición defectuosa-.
El 9 de marzo de 1916, el sosiego del pueblecito fronterizo es roto por los gritos de “¡Viva Villa!”, “¡Viva México!” y “¡Gringos hijos de la tiznada!”. Los disparos se escuchan por doquier. Asimismo, un incendio consume la tienda principal y el hotel de la población. La guarnición estadounidense repele la agresión. Sin embargo, Villa ha evidenciado al coloso con pies de barro.
El público estadounidense, azuzado por la prensa amarillista de la cadena Hearst, presionó al presidente Woodrow Wilson para que interviniera en México. Wilson invocó un antiguo tratado entre México y la Unión Americana que autorizaba entrar al territorio de cada uno en “búsqueda de bandidos”. Carranza, deseoso de eliminar a Villa, autorizó la entrada de las tropas norteamericanas.
El 15 de marzo de 1916, 12 mil soldados, apoyados por exploradores apaches y equipados con aeroplanos y camiones, se internaron en Chihuahua. Su comandante era John J. Pershing, un hijo de inmigrantes teutones nacido en Missouri, veterano de las Guerra Indias, Cuba y Las Filipinas, conocido por el sobrenombre de Black Jack debido a que había comandado a soldados afroamericanos durante la Guerra Hispano-Americana de 1898.
El objetivo exotérico de la Expedición Punitiva era capturar “vivo o muerto” a Francisco Villa. Su objetivo esotérico era establecer un protectorado estadounidense, que se extendería desde “Tampico y los campos petroleros hasta Mazatlán y las haciendas estadounidenses en sus alrededores. Los mapas identificaban la ciudad de Parral como la capital de la zona de ocupación”1.
Villa fue herido en una escaramuza con los carrancistas, por lo que se refugió en la cueva del Coscomate. Por su parte, el 1 de abril, Pershing ordenó al mayor Frank Tompkins, quien había repelido la incursión villista en Columbus, para que avanzara sobre Parral, pues “Villa se refugió varias veces ahí en condiciones difíciles”2.
Como se narra al inicio de este artículo, la caballería estadounidense entró, ante el disgusto de la población, a Parral. Tras arengar a los estudiantes y tomar la bandera tricolor, Griensen consiguió un fusil Máuser en la Jefatura de Armas y se dirigió hacia donde estaban los soldados norteamericanos.
La muchedumbre rodeó a los invasores y los apabulló con los gritos de: “¡Viva Villa!” y “¡Viva México!”. Lo que a continuación ocurrió es motivo de polémica, pues algunas versiones apuntan que Tompkins había acordado retirarse de Parral; otras dicen que piedras, palos, insultos y un disparo del Máuser de Griensen incitaron a los habitantes de la población a linchar a los yanquis. Lo que está fuera de duda es lo siguiente: dos soldados norteamericanos murieron y seis resultaron heridos.
El incidente en Parral provocó una serie de reuniones en Ciudad Juárez y El Paso entre los generales norteamericanos Frederick Funston y Hugh Scott y sus contrapartes mexicanas, Álvaro Obregón y Jacinto Treviño. Las pláticas no llegaron a nada y la temperatura entre ambas naciones subió aún más el 17 de junio, cuando en El Carrizal los norteamericanos intentaron avanzar, a pesar de la advertencia mexicana, y se desató un combate, cuyo resultado fue: 12 muertos, diez heridos y 24 prisioneros por parte yanqui; los mexicanos perdieron 30 hombres y 40 fueron heridos.
Carranza y Wilson calmaron los ánimos y entablaron negociaciones. Finalmente, la tenacidad mexicana y la amenaza de guerra en Europa influyeron para que Wilson, quien no había logrado establecer un protectorado estadounidense en el norte de México y “castigar” a Francisco Villa, ordenara el retiro de la Expedición Punitiva.
Elisa Griensen murió el 14 de noviembre de 1972 en Ciudad Juárez. Sin embargo, su patriotismo y bravura fueron reconocidos en el año 2005, cuando fue declarada “Benemérita por su heroica labor emprendida el día 12 de abril de 1916” y su nombre fue inscrito en letras de oro en el muro del H. Congreso del Estado de Chihuahua. Finalmente, el 2016 fue declarado como Año de Elisa Griensen Zambrano.
Personajes como Elisa Griensen Zambrano, los integrantes del Batallón de San Patricio, y José Azueta Abad, entre muchos otros, hacen sentir orgulloso de ser mexicano al escribano y son un aliciente para enfrentar los aullidos demenciales de cierto personaje que quiere construir “muros de dolor” entre México y la Unión Americana.
Aide-Mémoire.- Lo que ocurre en Brasil es un golpe de estado virtual; auspiciado por la oligarquía local y sus amos en Norteamérica.
1.- Hart, John M. “El México migrante”, Proceso, número 18, septiembre de 2010, p. 25
2.- Taibo II, Paco Ignacio. Pancho Villa. Una biografía narrativa. Editorial Planeta Mexicana, México, D.F., 2006, p. 649
