Tema polémico, sin duda, ha sido la propuesta de ley enviada al Congreso por el presidente Enrique Peña Nieto, mediante la cual se legalizarán los “matrimonios” entre personas del mismo sexo.
Creo que la discusión deberá ser muy cuidadosa y vigilar que no se desaten conductas homofóbicas, pues son temas que afortunadamente se han podido ir superando en nuestro país, así como el respeto a los derechos humanos de todos los mexicanos, lo cual ya está consagrado en nuestra Carta Magna.
Debemos de reconocer que con la ley, y sin ella, ya existen las parejas del mismo sexo que hacen vida familiar, pero ahora, con esta propuesta de ley, lo que se busca es que queden dentro del marco de la ley, con los derechos inherentes a cualquier pareja ante las instituciones.
Pero como siempre, el problema que se presenta es que se habla que serán “matrimonios”, y me explico: En el derecho Romano la palabra “matrimonio” viene de las palabras Matris, madre, y manus, protección o patria potestad, lo cual se interpretaba como la protección a la madre a través del matrimonio, y ahora en los casos de las parejas del mismo sexo se pregunta quién llevaría el rol de la madre.
Otra observación es que en el artículo primero de la ley enviada, dice, artículo Primero: “Todas las personas gozarán de los derechos humanos, reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales, de los que el estado Mexicano es parte”. Uno de esos tratados es el que firmamos con la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), el cual, en su artículo 17, dice, con respecto a la protección a la familia: “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado”, y sigue, “se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia”.
Con esto se presenta una gran inconsistencia, la cual tendrá que ser superada, o bien el que se dé una legalidad adecuada a las uniones del mismo sexo, pues realmente no se puede dejar en una vacío legal su existencia, y sobre todo su derecho a todas las prerrogativas que se dan a las familias por la ley.
Creo que lo menos que se busca es un enfrentamiento a causa de esta propuesta y que ojalá en el congreso no se vaya a politizar, pues es un tema bastante delicado y de suyo controversial. Habrá que escuchar a todos los actores y a todas las opiniones buscando siempre que el marco legal realmente venga a llenar el vacío y no a provocar controversias y discusiones que no lleven a nada.
Hoy estamos ante un reto, en el cual un tema tabú está a punto de buscar resolverse. Creo que sólo podrá transitar si no se politiza, y no cae en el terreno del enfrentamiento, y que realmente se pueda dar un marco legal que cumpla el cometido para proteger a aquellas y aquellos que están buscando su legalización, y el que se acepte una realidad, se esté de acuerdo o no.
Pienso que en este tema no debe de considerarse el resultado en un ánimo en donde habrá vencedores o derrotados, sino que se vea como la búsqueda de la integridad de la sociedad mexicana, y no de la prevalencia de un grupo sobre otro, pues el resultado no sería lo que se busca.
No hay que olvidar que la vitalidad de una nación se valora no sólo por su riqueza física y cultural, sino también por su aptitud para el ejercicio de la libertad , sin cuyo principio no es posible concebir al hombre como ciudadano ni es dable el rango histórico del Estado que lo coarta en lugar de estimularlo.
