- Pérez es actor y productor colaborador del grupo teatral de Los Guggenheim y Los Gorditos
- Es importante que el público aguascalentense tenga opciones teatrales, Aguascalientes representa falta de público y de apoyos institucionales
Según el actor Rodrigo Pérez, en Aguascalientes no se puede vivir exclusivamente del teatro por lo que recomendó a quienes se dedican a esta disciplina artística que se vayan de la ciudad en búsqueda de mejores escenarios con públicos, espectadores y apoyos gubernamentales.
Hace cuatro años, Pérez decidió irse de Aguascalientes hacia la Ciudad de México en búsqueda de mejorar sus oportunidades laborales y de expresión artística; hoy en día está logrando insertarse en el círculo teatral más importante del país en la ciudad capital gracias a que se está colaborando en la gira de la obra del dramaturgo Alejandro Ricaño, Más Pequeños que el Guggenheim, con la productora Los Guggenheim y Los Gorditos.
Según él, la fórmula para que un actor aguascalentense pueda tener éxito es salirse del estado, pues desarrollar una carrera de este tipo en la entidad representa falta de público, de espectadores y de apoyos institucionales, “hay que largarse de aquí, esa es la verdad”.
En Aguascalientes, agregó, no se puede vivir de ser actor, por lo que muchos de quienes hacen teatro tienen que ganar recursos de otras partes como dedicarse a la docencia o incluso cayendo en la burocracia, con lo cual la escena para ellos deja de ser una prioridad.
Respecto a los apoyos institucionales, señaló que, con excepción del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC), no existe un apoyo verdadero para las personas que son ejecutantes del teatro, cuya disciplina no tiene la difusión que se debe.
Por otro lado, invitó a los institutos culturales a atreverse a traer a Aguascalientes un teatro menos comercial que, aunque no “atasca” los recintos, sí ofrece más posibilidades a los espectadores con lo cual se generan tendencias y a los actores que pueden ver otras propuestas.
Ver teatro, agregó, significa para los actores locales la apertura de un panorama que después se va a ver reflejada en la creación local, “ver Más pequeños que el Guggenheim me cambió la vida, como artista me cambió, me detonó cosas en la cabeza que no sabía yo que estaban ahí”.
Aclaró que pese a lo que se suele creer, ser actor puede dar una vida digna, “siempre y cuando se tengan ganas de trabajar y se ponga el corazón en cada cosa que se haga”, por lo que animó a quienes se quieren dedicar a esta disciplina a seguir adelante.




