- El PRI desbocó la corrupción y perdió las riendas del gobierno: Herrera Ávila
- También han sido detenidos ex gobernadores priistas de Michoacán, Jesús Reyna; de Tabasco, Andrés Granier, y de Quintana Roo, Mario Villanueva, así como el panista Guillermo Padrés
- Es una obligación ética y moral luchar por un SNA independiente, señala el senador aguascalentense
La detención del ex gobernador priista Javier Duarte debe juzgarse en el contexto adecuado pues constituye una prueba más de la vocación del PRI por la corrupción, de la debilidad de las instituciones y de la necesidad de un Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) totalmente independiente.
Así lo afirmó el senador aguascalentense Fernando Herrera Ávila, quien subrayó que con su restauración en la Presidencia de la República el PRI no sólo desbocó la corrupción, sino que perdió las riendas del gobierno.
Indicó que la detención de Javier Duarte o la de Tomás Yarrington, exgobernador de Tamaulipas, no son un éxito del gobierno sino la prueba de que el PRI ha convertido la corrupción en una regla y que la combate por excepción, por necesidades electorales.
El coordinador de los senadores panistas recordó que también están presos los ex gobernadores priistas de Michoacán, Jesús Reyna; de Tabasco, Andrés Granier, y de Quintana Roo, Mario Villanueva, así como el panista Guillermo Padrés, el único que se ha entregado a la justicia.
También mencionó que en calidad de prófugos se encuentran los ex gobernadores priistas César Duarte, de Chihuahua, y Eugenio Hernández, de Tamaulipas. Además, hay una larga lista de señalados por corrupción, entre los que destacan los hermanos Moreira, de Coahuila, y Rodrigo Medina, de Nuevo León.
Este panorama, explicó Herrera Ávila, prueba claramente que el PRI tiene una clara vocación por la corrupción, no sólo entre los gobernadores, sino en todos los niveles, como lo prueba la detención del fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, y los señalamientos contra el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin.
El también presidente de la Junta de Coordinación Política insistió en la necesidad de juzgar las detenciones en el contexto adecuado: hay que ver el bosque en su conjunto, no solamente un árbol, por muy llamativo que sea. El bosque, agregó, está contaminado por la corrupción y la desvergüenza.
Herrera Ávila explicó que las instituciones son débiles y permeables ante la voracidad y la codicia priista, el poder corruptor de la delincuencia organizada y la omisión de funcionarios que sólo están pensando en sus beneficios personales en lugar de cumplir con su función.
Para el PAN, agregó, es una obligación ética y moral luchar por un Sistema Nacional Anticorrupción independiente, donde la Fiscalía Anticorrupción sea sólida, con recursos suficientes y capacidad legal para prevenir y combatir la corrupción.
Hasta ahora estamos viendo cómo se administran los casos de corrupción por sus consecuencias, cuando los corruptos ya cometieron el delito, pero lo que en realidad necesitamos es atacar la corrupción por sus causas y en los niveles más altos. “No es el policía, sino en el gobernador o el secretario donde hay que fijarnos, para empezar”, agregó.
Los gobiernos y gobernantes del PRI, dijo, siguen incurriendo en prácticas ilícitas con absoluta impunidad y pareciera que sólo reciben castigo por razones políticas cuando sus excesos llegan a la prensa por ser inocultables, innegables y escandalosos.
El legislador panista se pronunció por un cambio de fondo a través de una reforma efectiva en los sistemas policiales de los tres órdenes de gobierno, en la procuración e impartición de justicia y en todo aquello que garantice la aplicación efectiva de la ley para que se procese y sancione a los delincuentes sin importar filiación partidista.
Consideró que la integración de las tareas de seguridad pública a la Secretaría de Gobernación fue un error, como lo fue también el desmantelamiento de la Plataforma México y otros sistemas de información de inteligencia.
