Con pena ajena, como mexicano observe el video en el que el derechista regiomontano, catedrático y conferencista Juan Dabdoub presidente del llamado Consejo Mexicano de la Familia, tapa la boca a una manifestante en el vecino estado de Jalisco, tirando su manos para acallar una pregunta sobre su posición en el tema de los matrimonios y uniones gay, y que más me parece le tira una bofetada a la misma con una intolerante actitud mostrada en su desencajado rostro; hecho incomprensible e irrisorio al tirar la mano en dos ocasiones, condenable mil veces condenable el mostrar un rostro intolerante, machista, misógino y homofóbico de quien preside este movimiento del que, por cierto, es patrocinado por las altas esferas de la Iglesia católica en nuestro país.
Y para colmo, en nuestro estado y en particular en el Congreso del Estado, ya encontró a su admirador y adulador, esto en Jesús Guillermo Martínez Ruiz Esparza, el joven diputado panista al que yo sin conocer de su carrera política hoy apenas me entero de él que ocupa un escaño en el Poder Legislativo local y no por su gran trayectoria, sino por su doble discurso y su intolerancia mostrada hasta con sus propios compañeros, a quienes de demagogos e ineptos no baja desde la llamada máxima tribuna de Aguascalientes…
El pasado jueves 6 al discutir un punto de acuerdo que proponía acelerar un dictamen en el cual se establece la legalidad en la unión o matrimonio entre personas del mismo sexo, en su discurso parlamentario y como miembro de la comisión de derechos humanos defendió la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la diversidad sexual y demás, pero a la hora de votar el exhorto para urgir al pleno en legislar todo lo que ahí este muchacho defendió en tribuna, y escudándose en su curul mandó literalmente a la chingada su excelente pieza discursiva para oponerse a todo lo que había expresado, en verdad que da lástima que demuestre que el demagogo sea él y por ello le fuera incriminada su actuación por miembros de la comunidad lésbico gay, mismos que se sintieron engañados al haber escuchado su posicionamiento en favor de ellos, pero que con su voto les mostró su actitud intolerante y homofóbica.
Ganándose reclamos empujones y hasta un escupitajo en el rostro; a un servidor nunca le había tocado ver esta escena de coraje en el Congreso local, vamos, ni cuando se votó el concesionar el servicio del agua potable para nuestro municipio capitalino en la LV Legislatura, ni en la LVII cuando pretendían desaforar a un diputado panista representante del municipio de Tepezalá por ser ministro de culto, y vamos que los priistas y panistas llegaron a los empujones, arañazos y mentadas de madre. Y lo sostengo porque me tocó estar colaborando en el Congreso en las dos ocasiones que menciono.
En mi Reflexio me viene a le mente el poeta español León Felipe Camino en su poema Quiero… sueño en el que dejó poetizado atinadamente: Que no quiero que me sellen la boca y los ojos con cuentos, que no quiero, que no quiero, que no quiero…
Ya lo escribió el gran Efraín Huerta que “hablando se enciende la gente” y sí, lo estamos viviendo ante la falta de tolerancia, diálogo, consensos y actitud del que creo mucho carece la actual Legislatura; para terminar quisiera retomar un desliz discursivo sufrido por una diputada en una intervención de la LVII Legislatura local en el cierre del segundo año de ejercicio constitucional; y que bien valdría hacer lo posible por que se lograra en estos momentos tan álgidos que vemos los jueves en las sesiones de nuestros representantes populares.
“Ante lo problemático y difícil que se han desarrollado las últimas sesiones por el protagonismo de unos cuantos, es indispensable que Aguascalientes tenga la certeza de que estamos legislando para los ciudadanos a los que nos debemos, es por eso compañeros y compañeras que los llamo al dialogo y a la cama (sic), es cuanto…”
