- Señala el senador panista que la pobreza y bajos salarios provocan la migración
- Tenemos que aplicar políticas públicas que impulsen el empleo bien pagado y el desarrollo industrial regional, indicó el panista
Aunque el fenómeno es multifactorial, la pobreza y la precarización del salario alimentan el flujo migratorio y las tragedias de mexicanos hacia Estados Unidos, afirmó el senador aguascalentense Fernando Herrera Ávila, al lamentar la muerte de indocumentados en San Antonio, Texas.
“Esta no es la primera vez que ocurre una tragedia similar, pero no debemos acostumbrarnos a ellas; al contrario, tenemos que aplicar políticas públicas que impulsen el empleo bien pagado y el desarrollo industrial regional, agregó el coordinador de los senadores panistas.”
Añadió que en medio de la tragedia hay ejemplos de heroísmo civil, como el de Adán Lara Vega, migrante aguascalentense, quien ayudó a salvar a 29 indocumentados que viajaban hacinados en la caja de un tráiler, en San Antonio, Texas.
Expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas, entre las que se encuentra el aguascalentense José Rodríguez Aizpetia, y subrayó que una de las principales tareas debe ser disminuir la desigualdad y combatir la pobreza mediante el crecimiento económico.
El coordinador de los senadores del PAN expuso que la diferencia salarial entre México y Estados Unidos es abismal; es decir, por una actividad similar en México en la Unión Americana perciben hasta diez veces más.
Es, añadió, una clara manifestación de que la economía dista mucho de la recuperación, del bajo poder adquisitivo de los mexicanos y de que el país está sumido en la pobreza, la inequidad y la injusticia social, producto de malas políticas públicas del gobierno.
Consideró que el mediocre crecimiento de la economía y los elevados índices inflacionarios en los meses recientes también han ocasionado un repunte en el número de migrantes mexicanos.
El presidente de la Junta de Coordinación Política destacó que los lamentables hechos ocurridos en San Antonio, Texas, y muchos otros que le anteceden, confirman la necesidad de frenar la pobreza y la desigualdad social con salarios justos.
