- En ocasiones no reúnen los requisitos o presentan propuestas poco costeables, según el secretario
- Deben entregar “proyectos productivos integrales, que no sean peticiones a granel sino que realmente detonen un desarrollo económico”
El que las organizaciones campesinas se queden fuera de los programas de apoyo a proyectos productivos, se debe a que muchas veces presentan propuestas poco costeables que no cumplen con los requisitos, aseguró el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial (Sedrae), Manuel Alejandro González Martínez.
Hace unos días, cerca de un centenar de trabajadores rurales agrupados en el Frente Auténtico del Campo protestó en la sede de Sagarpa por el retraso de programas de concurrencia con los gobiernos estatal y federal por un monto cercano a 50 millones de pesos.
El funcionario atribuyó esto a que las agrupaciones no reúnen los requerimientos para ser apoyadas, como lo marcan las reglas de operación. La dependencia estatal ofrece costear hasta el 75 por ciento de los proyectos, con cantidades que van de 500 mil a 1.5 millones de pesos: “No es tanto que les falle, lo que hace falta es tener un mejor acompañamiento de los requisitos que contempla un buen proyecto (…). No es llegar a la Secretaría y en una hoja a mano decir yo quiero tal cosa, sino que hay que cumplir con la normativa, un guion del alcance del proyecto y que sea un proyecto alcanzable y real”.
Aseguró que la Sedrae cuenta con personal dispuesto a asesorar a los solicitantes durante la elaboración de sus proyectos, o en su defecto canalizarlos a despachos especializados en esta tarea: “De repente se ve como un trámite un poco engorroso, sin embargo más que ser un requisito de la Secretaría, es justamente corroborar que sea un proyecto viable y esa viabilidad la vemos con el estudio de mercado que hagan, con las corridas financieras que hagan, y de más. ¿Cómo podemos apoyar con cien, 200, 500 mil o un millón de pesos, en un proyecto que con sus corridas financieras nos dice que a la mejor en los primeros cuarto año sus flujos de efectivo van a ser negativos? Eso a corto plazo va a ser un proyecto que no va a funcionar y vamos a meter en problemas a los productores. Por eso la importancia de tener ese documento”.
González Martínez detalló que el grueso de los proyectos comienzan a dar frutos en el tercer año. Ejemplificó el caso de la crianza de becerras -uno de los sectores con mayor demanda- en el que el primer año se apoya la compra de corrales y tejabanes; en el segundo, se entregan infraestructura, equipamiento o bien, animales “vientres, sementales, semen, etcétera”; y al tercer año, se ofrece asesoría técnica y capacitación, de suerte que los beneficiarios empiecen a tener ingresos en ese mismo periodo.
Deben entregar “proyectos productivos integrales, que no sean peticiones a granel sino que realmente detonen un desarrollo económico”, aclaró el funcionario en entrevista colectiva.
