- Abunda la falta de reflexión para descubrir los alcances de la guerra
- La mayoría de los ciudadanos actúan como observadores pasivos
Al emplazar la hipótesis de que la lucha entre narcotraficantes y autoridades del país exhibe algunas características propias de la guerra civil, el investigador Andreas Schedler señaló que la “élite intelectual” y quizá también la sociedad ha quedado a deber al presentarse como “observadores pasivos”, pues la irreflexión predomina en torno al conflicto.

“Es una guerra rodeada de mucha ignorancia y mucho silencio, donde todos los actores parecen más o menos ajenos a una catástrofe que irrumpió en el escenario pacífico de la sociedad mexicana”.
Uno de los problemas centrales, dijo, es el de la desinformación que conduce a que los bandos se confundan, pues éstos no están claramente diferenciados por un uniforme, como ocurre en una guerra convencional.
“En esta guerra, opaca por naturaleza, no sabemos quiénes son los asesinos, quienes son las víctimas, no sabemos qué es lo que hace el Estado y no sabemos qué es lo que hacemos nosotros los ciudadanos”.
Al momento de dictar la conferencia “La guerra de otros: La violencia organizada en el discurso público”, Schedler destacó que las cifras oficiales refieren que el 90 por ciento de las víctimas de la refriega son criminales. Toda vez que a la fecha se habla de un promedio de 70 mil muertos, cuestionó cuántos de éstos son civiles cuya defunción se puede achacar a la autoridad.
A su vez criticó que más allá de sus nombres, apodos, lugares de origen y edades, no haya datos que ayuden a comprender a profundidad la vida del narcotraficante.
Al ignorar dicho tema, refirió, la sociedad también es causante de la ola de violencia.
El austriaco expuso: “en México no he visto que la sociedad se interrogue de dónde vienen, cuál es su trasfondo, cuál era su forma de vida y en dónde se quebró, en dónde se forjó su carrera, cómo lo podemos entender en términos sociológicos y sicológicos… Los asesinos son casi extraterrestres”.
Añadió que “una sociedad democrática debería hacerse responsable de sus asesinos”, al formular vías de tratamiento y reinserción.
Asimismo, apuntó que se estima la existencia de 1 millón de mexicanos que viven de las actividades vinculadas al tráfico de drogas.
Por otro lado, manifestó Andreas Schedler, el Estado mexicano es partícipe de la impunidad, pues deja en el archivo la investigación de los asesinatos de miles de civiles.
Afirmó que es la propia autoridad quien trabaja activamente en el borrado de huellas de duelo social, al retirar del lugar de los hechos cruces, ofrendas florales y otros objetos.
Pie de foto: La actual “es una guerra rodeada de mucha ignorancia y mucho silencio, donde todos los actores parecen más o menos ajenos a una catástrofe que irrumpió en el escenario pacífico de la sociedad mexicana”, dijo Andreas Schedler, investigador de fenómenos sociales, a la hora de dictar una conferencia en Aguascalientes




