Brigitte Najera
Alguna vez escuché decir a un conocido, que se jacta de ser un macho, que políticamente, las mujeres han ganado terreno y que cada vez más ese discurso impera en las instituciones. Estrictamente, si hacemos un análisis histórico por los triunfos del feminismo, es mucho lo que aún falta por cambiar y por hacer, sin embargo, a lo largo del tiempo, de todo lo que ha sido exigido, sí se han hecho varios logros.
El feminismo que hoy en día, gracias a los medios digitales de comunicación se difunde más, es una lucha de ya hace varias décadas. Los cambios que se reconocen son producto de intensos años de enfrentar al poder, a través de movimientos, protestas, organizaciones; un largo etcétera. La hermandad entre las mujeres ha sido un factor importante para que mucho de lo que actualmente consideramos imprescindible (por ejemplo, el derecho al voto de la mujer) sea posible.
Andree Michel, en su libro El feminismo del año 1979, nos explica que “aún hoy, cuando el silencio se ha roto en la gran prensa, ya sea de derecha o izquierda, y por los medios de información, las feministas, las más de las veces, no tienen derecho más que a invectivas o a alguna caricatura grosera de sus ideas y de sus prácticas. O bien, hipócritas advertencias de pretendidos feministas ocultan mal el desprecio a las mujeres y el deseo secreto de mantenerlas en la sumisión”. Es lamentable que hoy en día eso siga siendo vigente; por medio de las nuevas tecnologías y las redes sociales, se proyecta el odio ante este tipo de filosofía, de manera instantánea, en un solo clic.
Todas y todos podemos conocer a alguien que en sus perfiles digitales muestra ese lado oscuro que no manifiesta, al menos de manera directa, en una conversación cara a cara. Es interesante cuando atinamos reconocer a este tipo de seres, aquellos que divulgan su forma de pensar el mundo a través de memes, los cuales serían el equivalente a aquellas caricaturas grotescas de antaño; popularizan de manera “graciosa” la discriminación hacia el feminismo, creyendo que así podrán parar la ola (que cada vez crece más) de mujeres que ahora piensan y actúan diferente.
Es una lástima que no se enseñe una historia más íntegra en las aulas de clases, que nos ayude a entender el rol que han tenido las mujeres en la historia y el cómo y el porqué ha ido cambiando. El rechazo que se produce hacia el feminismo, tanto en hombres como en mujeres, puede ser producto del desconocimiento, el no saber que la mujer feminizada no es como es porque sí, sino apreciar las cosas desde un lente más crítico y receptivo, en el que las circunstancias del entorno han influido bastante en la construcción del género. Lo que ha sido, no tiene por qué seguir siendo.
Somos seres cambiantes, que se adaptan a las condiciones de su entorno, por lo tanto, las necesidades que han sido demandadas desde hace ya varios siglos, tienen que tener un desenlace positivo, que mejore la convivencia entre los seres humanos. Por lo tanto, para luchar por un 2019 que marque la diferencia, es una buena idea aprender más sobre feminismo, tratar de entenderlo, solidarizarnos, aprender de la situación de las mujeres y de los hombres y también, tratar de comprender más ampliamente el porqué de este movimiento, que no es algo nuevo.
Las redes sociales son un medio por el cual podemos convivir y expresarnos y qué mejor manera de hacerlo interactuando a través del diálogo, el pensamiento crítico y todo lo que conlleva tener un desarrollo amplio como individuos, desde el respeto y la libre expresión. Debemos aprovechar el poder que brindan las plataformas como Facebook, Instagram y Twitter para difundir una filosofía que nos ayude a crear lazos más enriquecedores para nuestra convivencia. Dejemos de invisibilizar lo que ya por muchos años, ha permanecido en las sombras, oprimido, bajo el rechazo.




