Atiborrados de argumentos políticos en contra de la democracia se iza un signo de libertad y triunfo radical un día después de la descaecida sucesión presidencial en un diferente infierno.
El mejor del futbol mexicano logra su primera estrella a tan sólo cinco años de creación, con merecimiento y gran aceptación de la población… casi igual que en San Lázaro.
No pondré en duda la legalidad de alguna asunción, los hechos tendrán aún mayor trascendencia, la prueba está en la conmemoración de quienes sin duda alguna merecen todo nuestro respeto y agradecimiento.
La Residencia Oficial de Los Pinos no sólo tuvo una nueva familia inquilina, el día de ayer albergó a verdaderos héroes nacionales que recibieron de manos de nuestro nuevo presidente el Premio Nacional de Deportes y Premio Nacional al Mérito Deportivo 2012.
Como ya es costumbre, y que ésta no se pierda, en año olímpico obtienen este reconocimiento quienes lograron tocar por unos momentos el Olimpo, este año, medallistas como Aída Román, María del Rosario Espinoza, Gustavo Sánchez, Alfredo Tena y todo el equipo varonil de futbol Sub-23 tomaron esta distinción.
Vayamos por partes
El cambio verdadero
Por primera vez se logra un oro olímpico en el deporte con mayor seguimiento en el país, la sorpresa no es tanta ante la empinada curva positiva que ha tenido este deporte en los últimos años en categorías menores, el asombro está en que México no es poseedor de medallas olímpicas en juegos de conjunto. Ante este hecho esperemos cambiar la idiosincrasia mexicana que como ancla mental nos imponemos ante la superación en trabajo de equipo.
Además nuestros atletas paralímpicos, lejos del factor mediático en competencia, fueron puestos tras los reflectores de este domingo al momento en que Gustavo Sánchez, nadador paralímpico ganador de cuatro preseas, tomó el micrófono y se convirtió en el primer atleta de este rubro en dirigir el discurso en nombre de todos los galardonados. Merecido portavoz quien se llevó la ovación más larga del día.
Atinado
Enrique Peña Nieto en su discurso acertó en mencionar el enorme potencial que tiene México en sus jóvenes, así que el deporte será prioridad en su gobierno. Se preparará a los jóvenes física y mentalmente.
Iba bien
“Estoy convencido de que México cuenta con el talento necesario para convertirse en una potencia deportiva”. Yo también lo creo, continuando con su discurso “para ser una potencia deportiva tenemos que mirar más allá de un sexenio…” que en poco de acuerdo, para nuestro agrado o no, entre tantos millones de mexicanos existe el talento natural para ser esa gran potencia a nivel mundial, y tenemos años, décadas, en que nos hemos preparado y superado, el problema es que muy lentamente.
Enrique debe tomar la responsabilidad que muchos han dejado y disfrazan los excelentes y también pocos triunfos en grandes hazañas, que lo son, pero individualmente.
México ha dejado escapar las ventajas comparativas que nos da la región y población, minorizamos la educación física de la misma forma que lo hacemos con la educación intelectual.
Se tiene que tomar el toro por los cuernos y poner objetivos, grandes pero alcanzables objetivos. Que un sexenio baste para ver logros. No quiero ser potencia en todos los deportes, pero creo que la clave está en la especialización en los que ya destacamos.
Dejamos atrás el box y pruebas de resistencia, pero mejoramos en taekwondo, clavados y tiro con arco. La clave está dada y la prueba en los países asiáticos que lo han hecho y nos lo han demostrado, los atletas mexicanos les peleamos de tú a tú sin el anterior achicamiento.
¿Se quería un cambio de mentalidad?, las nuevas generaciones la han demostrado, ahora a impartir deporte de calidad. Espero que la promesa del Centro Deportivo de Alto Rendimiento en cada estado de la república no tarde más de un sexenio, señor presidente.




