Durante todo este tiempo los mexicanos, en general, han faltado a un estilo de vida saludable, que hoy queda al descubierto de una manera muy clara con este brote de influenza; no basta sólo con las limpiezas emergentes de los lugares públicos por el regreso a la “vida normal”; sino que es necesario no olvidar la enseñanza que hoy deja la propagación de este virus, comentó Raúl Arias Ulloa, jefe de la Unidad Médico Didáctica de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Tanto la universidad, como las instituciones educativas de todos los niveles, restaurantes, microempresarios, ambulantes y todos los ciudadanos, se vieron “obligados” a modificar su régimen de sanidad para buscar protegerse de la influenza; aunque fuera de los ciudados de la sintomatología específica, no eran más que prácticas de higiene que debieran formar parte de la vida común.
Lavarse las manos en más de una ocasión al día, hacerlo antes de comer, después de ir al baño o cuando se tiene contacto con algún objeto o superficie sucio, estornudar o toser y cubrirse el rostro tampoco es una práctica exclusiva de la influenza.
Sin duda alguna, por el momento se tomarán las precauciones específicas para la prevención de la influenza; sin embargo, luego de que se declaren los países fuera del riesgo, las prácticas de higiene debieran conservarse como parte de una vida saludable que ayudará de manera posterior con otras enfermedades.
Después de esta alerta sanitaria, los ciudadanos deben llegar a un nivel más alto de educación y en cuestiones de salud pública, para, en lo posterior, evitar otras enfermedades y controlar algunas más.
Las medidas de higiene deberán tomarse por parte del gobierno, la sociedad y el sector educativo.
