Durante los últimos días hemos estado recibiendo en el senado de la República a una serie de ciudadanas y ciudadanos que quieren participar en la elección del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. El senado de la República se ha dado a la tarea de buscar la manera de que tengamos la oportunidad de revisar los curriculums y el desempeño de los solicitantes. El artículo 102, apartado B, de la Constitución General de la República señala que el Congreso de la Unión y las legislaturas de las entidades federativas en el ámbito de sus respectivas competencias, establecerán organismos de protección de los Derechos Humanos que ampararan el orden jurídico mexicano, los que conocerán de quejas en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de cualquier autoridad o servidor público, con excepción de los del Poder Judicial de la Federación, que violen estos derechos. Y dice más, que el organismo que establezca el Congreso de la Unión, se denominará Comisión Nacional de los Derechos Humanos, contará con autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y patrimonios propios. En virtud de lo anterior, el día 29 de septiembre fue publicada una convocatoria pública abierta en los principales diarios nacionales, en la cual la Cámara de Senadores invitó a todos aquellos que quisieran participar en la designación del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, incluidas las organizaciones representativas de los sectores de la sociedad y los organismos públicos y privados y los promotores o defensores de los derechos humanos para que manifiesten sus opiniones y propuestas.
El periodo para el cual el senado está emitiendo la convocatoria
sería para que lo presidiera quien quedé elegido, del 16 de noviembre
del 2009 al 15 de noviembre de 2014 y quién quiera ser presidente de la
comisión deberá ser ciudadano mexicano, estar en goce y ejercicio de
sus derechos civiles y políticos. Tener cumplidos 35 años de edad,
contar con experiencia en materia de derechos humanos o actividades
afines reconocidas por las leyes mexicanas y los instrumentos jurídicos
internacionales; no desempeñar ni haber desempeñado cargo de dirección
nacional o estatal en algún partido político en el año anterior a la
designación; tampoco haber desempeñado cargo de secretario o
subsecretario de estado, procurador general de la República, gobernador
o procurador general de Justicia de alguna entidad federativa o jefe de
gobierno del DF en el año anterior a su designación. Los aspirantes
deberán gozar de buena reputación y no haber sido condenados por delito
intencional que amerite pena corporal de más de un año de prisión; pero
si se tratare de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza u otro
que lastime seriamente la buena fama en el concepto público, lo
inhabilitará para el cargo cualquiera que haya sido la pena. Por último
que preferentemente se tenga el título de licenciado en derecho, lo
cual no significa que esto sea obligatorio, lo que entre paréntesis ya
generó gran discusión porque algunas organizaciones exigen que debería
ser una persona que sea forzosamente abogado, o sea licenciado en
derecho, lo cual quedó claro en la convocatoria como no obligatorio.
EL 9 de octubre se cierra el periodo para recibir las propuestas de
los aspirantes y a partir de ese día los senadores empezaremos a
revisar los curriculums, posteriormente se tendrá una entrevista con
los aspirantes los cuales la realizarán bajo protesta de decir verdad.
Posteriormente el 12 de octubre se publicarán las candidaturas que
cumplan los requisitos de elegibilidad, exclusivamente para efectos
informativos y de transparencia. Importante es que con el objeto de
cumplir con el principio de apertura que rige este procedimiento de
elección, las organizaciones representativas de los distintos sectores
de la sociedad y los organismos públicos y privados, promotores o
defensores de los derechos humanos podrán formular opiniones
relacionadas a las propuestas, que aporten mayores elementos de juicio
a los senadores a la hora de analizar a los candidatos. Estas opiniones
para ser consideradas deberán de cumplir con el requisito que está
establecido en el inciso C) de la Base tercera y presentarse los días
13 y 15 de octubre en el domicilio del senado.
El 29 de octubre, en el pleno del senado, se realizará la elección
del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos. Lo anterior no es cuestión de honor, en un país
en el cual la violencia está enseñoreada, en el que existen problemas
muy serios para controlar y preservar los derechos de todos los
mexicanos. Por ello debemos ser cuidadosos para la elección del próximo
Ombudsman, palabra de origen sueco para definir al sistema no
jurisdiccional de defensa de los derechos humanos- pues deberá tener un
gran compromiso con una sociedad muy agraviada por el crimen y en
infinidad de casos con policías corruptos participantes en diversos
delitos, tales como secuestros y extorsiones. En México el presidente
de la Comisión de los Derechos Humanos se mueve en un medio tenso,
donde a menudo la evocación de la ley es herejía; donde la mayor parte
de las veces no es el mejor defensor el que obtiene la razón del fallo
justo, sino el corrupto que ayuno de razones se presenta sobrado de
influencias, ante las cuales ceden algunos jueces que lo son de nombre
y de nómina, pero en el fondo no son otra cosa que mercaderes de la
justicia o gatilleros del derecho, que ajustician con más saña que el
autor material del delito. En este caso la misión de los senadores, mi
misión y compromiso con usted, es que esto no suceda, eligiendo con
total entereza sin distingos y apegado a la legalidad a quién vele por
los derechos humanos de los mexicanos, recordándole que hay ocasiones
en que una violencia reiterada acaba por parecer un derecho, pero a la
larga la justicia volverá a prevalecer.
