Una de las funciones del teatro es transmitir y producir algo en el ser humano, llámese mover conciencias, alertar lo que está pasando a su alrededor, motivar y sacudir experiencias, es directo y solamente se necesita algo de sensibilidad para dejarse envolver por esa magia literaria. Todo esto viene a colación porque en Aguascalientes de manera muy esporádica se dan muestras de un teatro social y si se dirige a los jóvenes pues es todavía más extraño encontrarlo.
En el centro de rehabilitación se trabajó con un grupo de teatro, dirigido por J. Concepción Macías Candelas, donde todos los internos participaban en obras de contenido social, la respuesta fue diversa, entre formar parte del grupo y proyectar lo que sentían y dar un mensaje positivo a los compañeros, o bien aquellos que lo consideraban absurdo y no los conectaban para nada con su realidad.
España, se considera al teatro social como aquel que transforma a los espectadores y promueve la resolución de situaciones conflictivas con técnicas teatrales, también se le llama teatro del oprimido. Un concepto más amplio es aquel que funge como terapia con contenidos reivindicativos. Los temas a tratar van desde la violencia de género, discriminación racial, anorexia, alcoholismo o explotación laboral, en fin todo lo que acontece en la vida cotidiana y que genera reflexión hacia un cambio.
Ahí es donde el grupo Retazos de la Universidad La Concordia de Aguascalientes, hace la labor de proyectar mensajes que atañen a los jóvenes y su finalidad llevarlos hacia un cambio de actitudes, una obra que ha marcado a varios adolescentes y que ha funcionando al grado de llegar a 100 funciones, Onoidicius, suicidio no, dirigida por David Nava, comunicólogo de profesión, con una trayectoria de más de 15 años en el medio teatral.
“Es muy bonito ver a jóvenes de prepa y universidad que les llegue el mensaje directo y lo adaptamos a su propio lenguaje, eso les ha gustado mucho. Al final de cada función los jóvenes se acercan a los actores para comentarles su experiencia, se han creado foros y las instituciones gubernamentales y asociaciones civiles han dado conferencias y charlas apoyándose de esta obra. Ese acercamiento con la gente es lo más impactante que hemos tenido y llegamos a muchísimos jóvenes”, palabras del director.
Las experiencias son elementos claves en la estructura del teatro social, y en Onoidicius, se detallan varios cuadros de situaciones cotidianas en los jóvenes, como los estudiantes “fresas”, la chica “nerd”, los muchachos drogadictos y aquellos que cumplen las reglas de la familia. La anorexia, la adicción, el aborto, la baja autoestima, todo esto conlleva a una puerta falsa y muy peligrosa como es el suicidio. “Es una experiencia emotiva, somos actores en formación, realizamos nuestra propia creación de personajes y tenemos mucha disciplina”, señala Pamela Gallegos, actriz de Onoidicius.
Nava manifestó que él hace teatro social porque deja una señal en los jóvenes de lo que puede llegar a sucederles y si ellos lo captan, enhorabuena: “Cuando fuimos al municipio de Jesús María y la presentamos ante 150 muchachos, la gente estaba muy callada, muy silenciosa y veías como los chavos empezaban a llorar, era un grupo problemático, jóvenes que habían abandonado sus estudios y gente que tenía muchos problemas en casa. Al final agradecían a los actores de haberles dejado el mensaje y se les quedo muy grabado Onoidicius y la gente lo vivió”.
Así como este grupo se dedica hacer teatro para jóvenes y con contenido social, también hay algunos otros que manifiestan su interés por el rescate de la ecología como fue el caso de la obra La granja, proyecto de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) llevando el mensaje a varias delegaciones municipales.
Todo esto hace conciencia pero recordemos que no basta tener un proyecto, sino sustentarlo y trabajarlo y sobre todo adaptarlo a las diversas muestras de expresión como son el teatro, la música, la expresión corporal, la plástica y demás. Hacer teatro social y llegar a la médula del problema, además tener cautivo al público (que por lo regular no se motiva tanto ya que está invadido de mensajes de ese tipo en otros medios de comunicación) y que se logre un cambio en ellos, no es tarea fácil, sin embargo un buen ejemplo es el trabajo de Onodicius y eso ya es ganancia.




