Ha pasado más de un año desde que se dieron los primeros contagios de COVID-19 en el mundo y la enfermedad respiratoria aun sigue causando estragos.
En muchos países y ciudades se se han tomado medidas de confinamiento muy severas, incluso utilizando la fuerza pública para decretar el toque de queda. Un ejemplo de este tipo de medidas extremas lo encontramos en California, donde el alcalde de la ciudad de Los Ángeles ha firmado una orden para que todas las personas que vivan en esta urbe se mantengan en sus domicilios. El documento menciona que, debido al aumento reciente de casos y hospitalizaciones, es necesario tomar medias más drásticas que las que había en primavera.
Dentro de las nuevas restricciones impuestas durante los primeros días de diciembre, se prohíbe la reunión de personas que vivan en diferentes casas, ya sea en eventos al aire libre o en interiores, y aunque los actos de culto o protesta quedan exentos de esta medida, la personas que asista debe mantener una distancia mínima y utilizar cubrebocas.
Otra de las restricciones que ha causado controversia es el veto a todo tipo de viaje en cualquier vehículo, en pocas palabras, si sales a la calle, estás violando la ley. Esta última restricción exime a aquellos que deben trasladarse por trabajo, emergencia de salud o para realizar actividades de abastecimiento.
También hay una lista de negocios que no están obligados a cerrar, pero se puede negar el servicio si la o el cliente no usa cubrebocas.
Finalmente, el decreto menciona que quien no cumpla con las disposiciones estará incurriendo en un delito menor, que se puede castigar con multas o incluso encarcelamiento. Además, para negocios o propiedades que no acaten, los servicios básicos de electricidad y agua les serán suspendidos.




