Dicen sus amigos que Adrián Ventura es el político que mayores posibilidades tiene de ser el próximo presidente municipal de Aguascalientes. Incluyendo a los prospectos del PAN y el PRI, aseguran, el actual secretario del Ayuntamiento capital es el líder en el juego de probabilidades.
La situación es más o menos así: si Gabriel Arellano se convierte en el candidato del PRI a la gubernatura, lo cual es una posibilidad que se prevé adquiera fuerza en la medida en que los pasos a desnivel vayan avanzando, Adrián Ventura lo supliría en el cargo ejerciendo un interinato de un año. Ello, pese a que el dúo dinámico “lozanista” en la alcaldía, conformado por el regidor Luis Salazar y el síndico Joel Castañeda, tenga en mente otra cosa.
Pero si Gabriel no fuera “el bueno” y se negociara, por ejemplo, un apoyo del “gabrielismo” a Lorena Martínez, Adrián Ventura sería el favorito para ser su compañero de fórmula. “La Martínez” ha dicho ya, recio y quedito, que la mancuerna con Ventura “le llena el ojo”. Es joven, bien visto socialmente, y serio, enumera como sus principales cualidades.
Además, con Adrián en la fórmula, se le daría satisfacción tanto al propio Gabriel Arellano, dicen en el “lorenismo”, como a su tío Héctor Hugo Olivares Ventura, que se verían representados en el actual número dos del gobierno municipal.
El escenario más complejo para Adrián, así pues, sería que Carlos Lozano fuera el candidato a gobernador. Ello, pese a que Ventura es de los “gabrielistas” que mejor relación tienen con el senador priísta. Y es que, está muy pintado que en caso de ser Lozano el elegido, será Lorena Martínez quien busque la presidencia municipal.
Por lo pronto, en el terreno de los escenarios políticos, “las estrellas se le alinean” al Barack Obama hidrocálido.
Y a propósito de la alcaldía capitalina, fuentes que hasta ahora han resultado confiables nos confirman que sería entre la próxima semana, y la que le sigue, cuando el alcalde Gabriel Arellano de un golpe de impacto en el caso de los desvíos que existieron en seguridad pública.
Arellano prefiere pagar el costo ahora, que la atención social está un tanto disperso, y jugar a cartas abiertas. Si Joel Castañeda, Carlos Lozano, Jesús Martínez, Francisco Dávila, Fernando Herrera o cualquiera de los que se han mencionado como sus adversarios quieren hacer algo, “que se vaya viendo”, advierten los gabrielistas. Asumirán el costo que sea necesario entre agosto y septiembre, y darán las explicaciones y harán los deslindes que sean necesarios.
Pero una vez pasado el trago, y con un mayor avance en las obras que realiza el ayuntamiento, irán preparando el terreno para un segundo informe de gobierno que pueda catapultar al alcalde a índices de aprobación que estén alrededor del 70%. Con ello, dicen, ni Manlio Fabio Beltrones, ni Enrique Peña Nieto, ni Beatriz Paredes tragarán lumbre, y se le abrirá el paso a la gubernatura del estado. Ese sigue siendo el “escenario A” que más aceptación tiene en palacio menor.
Y como algo que ha gustado de esta columna es que se hable con la misma frecuencia del PRI que del PAN, desde el luisarmandismo nos llegan noticias de que en el grupo del gobernador están “muy confiados” de que Raúl Cuadra será el candidato de Acción Nacional a la gubernatura. Y que en el peor de los casos, Reynoso podrá ejercer el antiguo “derecho de veto” que tenían los gobernadores, y que Martín Orozco se puede ir despidiendo de ser gobernador.
De ahí, que el góber se haya referido tan abiertamente al perfil que le gustaría ver en su sucesor. “Alguien que sepa administrar y bajar recursos para Aguascalientes” (Raúl Cuadra) o, en su defecto, “Alguien que tenga una relación privilegiada con hombres de negocios para atraer inversiones” (Carlos Lozano).
Y añaden: con las afiliaciones que últimamente se han registrado, ni la interna panista pierde Reynoso, quien ha hecho una alianza que al parecer será, cuando menos, de mediano plazo, con dos expertos de la operación interna: Arturo González Estrada y Fernando Herrera.
P.D. Después de casi 2 años, ¿Qué razones de peso(s) pueden tener realmente los diputados locales para no aprobar las cuentas públicas del municipio y del estado? ¿Esperarán para “tronarlas” en tiempos político-electorales?, o peor aún, ¿Estarán negociando otro tipo de cosas? Ahí, ni el PRI ni el PAN se pueden lavar las manos, pues tan importa la opinión de Antonio Martín del Campo como la de Alberto Solís Farías. Por cierto, ambos quisieran ser alcaldes de la capital.
