Aumentarán los puntos de venta para trapeadores fabricados por jóvenes discapacitados que pertenecen al centro de transición laboral número uno y asociación civil Fray Escoba, a través de la firma de un convenio con el gobierno municipal que se comprometió a comprar este producto para el uso de las oficinas, así como para ofrecerlo a la venta en los ocho centros de distribución de las delegaciones, cuatro urbanas y cuatro rurales, a través del programa mandado para todos, bolsillos contentos.
La meta mínima para este año es colocar 1,500 trapeadores y otros mil más para el uso del municipio. A la fecha llevan ya 400 vendidos a través de los centros de distribución en las delegaciones. La intención es darlo a conocer no sólo a nivel municipal, sino estatal y nacional, señaló en entrevista Gustavo Granados, director de desarrollo económico del ayuntamiento. Son 27 jóvenes con disca-pacidades auditivas, motoras, visua-les, con síndrome de down, epilepsia y problemas de conducta; ellos cumplen con una jornada laboral de ocho de la mañana a una de la tarde y actualmente realizan alrededor de cuatro o cinco mil trapeadores al mes, en un taller amplio, con máquinas muy sencillas y con la asesoría de cuatro auxiliares y la directora. Según lo explicó la directora de este centro, Socorro Súchil Arellano, cuentan con un año seis meses de trabajo en el proyecto, aclarando que en un inicio fue difícil posicionar el producto, sin embargo ahora hay más gente que conoce y pide trapeadores porque reconoce la calidad con la que los jóvenes trabajan. Este centro se formó por la inquietud de madres de familia que se preocupaban por sus hijos que al momento de salir de los centros de atención múltiple laboral, ya no tenían un espacio para desempeñar las habilidades aprendidas.
“Si los jóvenes no tuvieran esta oportunidad de continuar, tampoco tendrían posibilidades de desarrollarse más ampliamente a través de su crecimiento laboral”, agregó.
Esto sucede por dos razones principales, una es que los jóvenes con discapacidad al egresar de los centros de atención múltiple no aprendieron todas las habilidades que les harían falta para insertarse en un trabajo “formal” y por otro lado hay un gran desconocimiento de los empresarios acerca de los alcances que un joven con discapacidad puede lograr luego de recibir una capacitación, lo que cuarta su capacidad de desarrollo como persona independiente.
A través de sus actividades productivas, los jóvenes han sacado adelante su propia empresa, han mejorado sus capacidades físicas, intelectuales, sensoriales, psíquicas y sociales e incluso han rebasado las expectativas que ellos tenían en un inicio. Ellos se vuelven también más independientes, productivos y esto les permite tener mayor aceptación en su grupo social, explotan al máximo sus habilidades y dignifican su desempeño laboral. Por medio de capacitaciones les han inculcado disciplinas como calidad, competitividad, equidad y productividad. Las labores que ellos desempeñan para la elaboración de los trapeadores, inicia con el pesado y cortado de pabilo clavado, pintado y lijado de bastón, armado, pegado de etiquetas y empaquetado.




