En Argentina, un grupo de científicas y científicos liderados por Daiana Capdevila han desarrollado un biosensor capaz de detectar contaminantes en el agua. Este proyecto, llamado Rosalind en honor a Rosalind Franklin, tiene varios beneficios, pues su portabilidad, uso fácil y bajo costo lo convierten en una opción muy viable para que diferentes grupos poblacionales puedan acceder a agua limpia.
El sensor funciona utilizando bacterias, las cuales pueden detectar contaminantes como metales pesados. Al hacer esto, cambia el color del mismo, avisando que el agua analizada no está en condiciones para ser consumida por humanos.
Solamente cuesta un dólar desarrollar este aparato, que además en media hora termina su análisis. Permite detectar hasta 15 contaminantes, entre los cuales se encuentran metales como cobre, plomo, zinc y cadmio, así como otro tipo de sustancias e incluso antibióticos.
El proyecto está en fase de desarrollo, aunque ya ha llamado la atención de la comunidad científica. La investigadora a cargo ha sido galardonada con el Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” en colaboración con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina. Este reconocimiento le permite contar con más apoyo financiero para llevarlo a término.
“La falta de acceso al agua potable es un problema global y como también afecta a un porcentaje de la población de nuestro país, decidimos enfocarnos en el desarrollo de una tecnología que monitoree la calidad de un recurso clave para la vida humana y validarla en la Cuenca Matanza-Riachuelo de manera coordinada con organismos que trabajan en ese territorio”. Comentó Capdevila al hablar de las razones que la empujaron a desarrollar esta innovadora tecnología.
Por lo pronto, el objetivo es que Rosalind sea utilizado en la cuenca Matanza-Riachuelo, cuerpo de agua que comienza en la Provincia de Buenos Aires y llega al Río de la Plata. Este es uno de los más contaminados en el país sudamericano, por lo que este proyecto es pieza clave para buscar soluciones que contribuyan con su limpieza.
Si esta iniciativa tiene éxito, podría replicarse en otras partes de Argentina. De la misma forma, esta tecnología podría marcar un importante precedente para el desarrollo de proyectos similares en otras partes de América y el mundo.
