La Dirección de Servicios Periciales, adscrita a la Procuraduría de Justicia del estado (PGJE), recibe en promedio 1.10 cadáveres al día, informó en entrevista con La Jornada Aguascalientes el subdirector de esta área, Jorge Sosa Medina, quien consideró, con base en esa cifra, que Aguascalientes “es una ciudad muy tranquila (…) fluctúa mucho entre 400 y 600 cadáveres por año”, mientras otras entidades, tienen miles de muertos a causa del narcotráfico.
Sosa Medina explicó que Servicios Periciales desarrolla con cuerpos provienes de “muertes violentas”, las que explicó como aquellas en las que se recurre a factores externos para provocarlas y que la gran mayoría de las veces es un delito doloso o culposo, ejemplificando con situaciones como un choque, una volcadura, envenenamiento o suicidio.
Añadió que, “efectivamente, cada vez que tenemos este tipo de muerte violenta, tiene que ser del conocimiento de las autoridades correspondientes”, para lo cual debe ponerse una denuncia, abrirse una averiguación previa y dar seguimiento al caso como corresponda.
Aunque por órdenes del procurador no se pudieron proporcionar estadísticas exactas, comentó que en nuestro estado, el grueso de las muertes que atiende esta dirección sucede en accidentes de tránsito: “los choques, los atropellos, las volcaduras es el primer lugar”, mientras que “las muertes por arma de fuego son las que toman prácticamente el primer lugar en homicidios dolosos”.
De los que mueren en accidentes automovilísticos, calculó, la mayoría se encuentran entre los 20 y los 35 años de edad y el índice de muertes “es muchísimo más altos” en hombres.
Otro de los delitos por los que esta dirección tiene trabajo en muertos, es la violencia intrafamiliar; el subdirector indicó que “se da mucho en mujeres de entre los 20 y 30 años de edad”, que son atendidas en el área de medicina forense.
En lo que se refiere a menores de edad, señaló que realmente se trata de pocos cuerpos y que usualmente son “muertes accidentales: que a lo mejor atropellaron un menor (…) o bien, en juegos se cayó a una tina y se ahogo (…) y también, aunque no es muy alta, por muertes en accidentes de tránsito terrestre”; la edad, dijo, es de los 10 años hacia abajo.
De los seis departamentos en que se divide Servicios Periciales, en medicina forense se hace el mayor trabajo en muertos; aquí es donde se llevan a cabo las necropsias de ley, autopsias y análisis de patología forense (cuando la causa de muerte no está a la vista del médico forense de manera macroscópica, se hacen cortes pequeños y se mandan a un laboratorio”.
En el caso de criminalística, el trabajo para muertes involucra la reconstrucción de hechos pasados al presente, donde los peritos “van al lugar de los hechos en el momento que hay una muerte y (…) hacen un mecanismo por el cual una persona fallece en tipo de muerte”; en este departamento también se aplican pruebas de balística, química forense (toxicología, drogas, venenos, grupos sanguíneos, secreciones, etc.) y genética forense, donde se realiza la prueba de ADN, la más precisa que existe en la actualidad.
En materia de recursos económicos, Jorge Sosa Medina aseguró no conocer el dato de cuánto se eroga en el trabajo con muertos, pero expresó que “la justicia es cara”, pues aunque hay algunas pruebas que sólo involucran el costo “horas-hombre”, existen otras cuyo precio es más elevado; tal es el caso de química y genética forenses.
Aseguró que todo este costo, desde la necropsia hasta los análisis más complejos, lo asume la Procuraduría.
Sostuvo que debido a que el trabajo se realiza 24 horas, 365 días al año, el cuerpo es devuelto a sus deudos en tres horas, promedio, “cuando son muertes no tan complejas” (que requieren menos pruebas), situación que atribuyó también a que se cuenta con equipamiento de tecnología de punta, al grado que se apoya a las direcciones de servicios periciales de otros estados del país.
