Viudas de los policías muertos expresaron no se cumple lo acordado con los alcaldes en turno. Desde hace un tiempo se les prometió darles becas de estudio para los hijos de las viudas además del sueldo base que percibían sus esposos.
Algunas mujeres exteriorizaron que sólo fueron promesas, las que recibieron de la administración de Martín Orozco fue él quien les manifestó apoyar a las familias proporcionarles beca, casa o parte de un fideicomiso. Actualmente las viudas no cuentan con ningún documento para garantizar se les cumpla este apoyo.
Gabriel Arellano ha hecho lo mismo con las familias. Quienes reciben una pensión de 1,700 cada quincena sin importar el cargo que haya tenido el policía fallecido, ni tampoco en base al número de integrantes de cada familia. Para los hijos, se les dijo contarían con una beca para cubrir gastos en materia escolar, pero hasta la fecha algunos han recibido la mitad del dinero y sólo pueden cubrir periodos de seis meses.
Aunado a esto, quienes han recibido conceptos de beca por todo un año, apenas si les alcanza. Un claro ejemplo, es el caso de una madre que tiene dos niños; uno en preescolar y otro que cursa la primaria, recibió solo $ 2,900 pesos.
Se les dijo que les darían la base; es decir el sueldo completo que recibían antes, cada uno de sus esposos, por mes. Ahora únicamente se les da un sueldo fijo de $5,000 al mes; pero hay familias de más de cuatro o cinco personas.
Al momento de la muerte, los familiares de las víctimas recibieron el seguro con el que contaban y por parte del municipio 150 mil pesos. El dinero fue utilizado en pagar gastos funerarios, Sin embargo las madres han tenido que costear gastos de la casa, transporte, servicios, alimentación, vestido, apenas les alcanza.
Por su parte Benjamín Andrade Esparza, Secretario de Seguridad pública del Municipio manifestó que “La mayor parte de las viudas trabajan aquí en municipio, de acuerdo a sus capacidades se les da un puesto. En la secretaría de seguridad pública, perciben un sueldo aparte del seguro de vida”.
“La vida de mi esposo no valía 150 mil pesos”, expresó una de las viudas, dentro de una de las misas llevada a cabo por parte de municipio. Donde había 16 coronas, asientos forrados en blanco, un Cristo a la izquierda, flores en un altar, una placa en lo alto con los nombres de los dieciséis muertos, algunas palabras de aliento, otras tantas sobre el clima de inseguridad y las desgracias. La ironía social, ya no es novedad.




