- Existe una desvinculación entre el órgano ciudadano de vigilancia, la empresa y sociedad
- Se desconocen los mecanismos que obliguen a CAASA a rendir cuentas sobre las gestiones del agua
Ante la crisis del agua en la capital del estado, hace falta la democratización del organismo ciudadano que vigila las acciones de la concesionaria, además obligar a la empresa a que transparente sus funciones, pues mientras exista oscuridad en la situación del manejo del recurso hídrico, la sociedad estará ajena al problema de la carestía, señaló Alex Caldera Ortega, autor de la tesis, “Gobernanza y sustentabilidad, desarrollo institucional y procesos políticos entorno al agua subterránea en México, casos del Valle de León y de Aguascalientes”
Explicó que la escasez del agua en Aguascalientes, es un caso que resalta en el panorama nacional, ya que la mayor parte del agua que se consume, proviene de la extracción, los cuales registran un desbalance, sobre todo el del Valle de Aguascalientes. Por cada dos gotas que se extraen el acuífero, solo una regresa.
El doctor en ciencias políticas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), resaltó que aún cuando no se puede determinar con exactitud cuándo nos quedarnos sin agua, es una realidad inminente, que debe ser atendida por los gobiernos.
Indicó que es necesario repensar el papel productivo del estado, pues actualmente el 80% del agua que se consume, se destina a la agricultura, específicamente en el cultivo de forrajes que necesitan de grandes cantidades de agua, sin que la actividad sea altamente productiva. Señaló que las políticas públicas en torno al recurso hídrico, forman parte de la sustentabilidad del desarrollo económico.
En el caso especifico de la capital del estado, señaló que se pierde el 50% del agua a través de la red, por la falta de inversión en infraestructura por parte de la empresa concesionaria y del gobierno.
Caldera Ortega subrayó que a partir de la década de los noventa cuando se consolidó el modelo económico, que plateó que la iniciativa privada debía encargarse de otorgar los servicios públicos, quedó en el olvido el tema de la regulación a la que se deberían sujetar las empresas concesionarias.
“No fue un tema prioritario y es necesario avanzar… las reformas de primera generación fueron las que privatizaron, y las de segunda son las que democratizan, todos esas reformas que quedaron inconclusas, por desconocimiento o por los intereses en su momento promovieron los cambios en el mercado de los servicios públicos, hace falta fortalecer las instituciones, donde haya representación ciudadana real”.
Detalló que más allá de regresar al polémico debate sobre la remunicipalización del agua, el reto es democratizar al organismo regulador y a la empresa, propiciando una doble relación, en la que la Comisión Ciudadana de Agua Potable y de Alcantarillado del Municipio de Aguascalientes (Ccapama) obligue a Proactiva Medioambiente CAASA, a rendir cuentas y a su vez Ccapama, informe a la población de las gestiones que se realicen en el sector hídrico, para que la discusión se centre en las estrategias y verdaderamente se pueden cambiar esta tendencia de sobre explotación del acuífero.
Dijo que Ccpama, debe regresar a ser un verdadero órgano ciudadano, que tenga representación de todos los sectores de la sociedad, no sólo del empresariado, para que se garantice el acceso a la información al ciudadano común, que sepan cómo se fijan y cuáles son las tarifas. Actualmente la composición de la comisión es de carácter gubernamental, “son ciudadanos nombrados por el presidente municipal en turno, gente que está vinculada a su persona y a su partido, -son a modo-, tienen que estar representados allí todos los usuarios”.
El también investigador del Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes (CESA), enfatizó que debe ser tarea del próximo presidente municipal, establecer los mecanismos que permitan la democratización y transparencia, sin utilizar el tema del agua como una bandera política y electorera, como se hace cada vez que se aproximan los comicios.




