La discriminación racial es un fenómeno existente en México. Aunque este tema es frecuentemente ignorado, en la vida diaria de millones de personas se hace presente, obstaculizando sus oportunidades y dificultando su acceso a una mejor calidad de vida.
Una de las formas en las que se expresa el racismo es la pigmentocracia, un concepto que explica cómo es que el tono de piel de una persona influye en su posición social y económica.
¿Qué es la pigmentocracia?
La pigmentocracia es un concepto atribuido al chileno Alejandro Lipschutz, científico chileno que lo acuñó en el año 1944. Este está ligado al racismo, pues en términos amplios refiere a la segmentación de la sociedad con base en su color de piel, estableciendo jerarquías o desigualdades que se manifiestan de manera económica, política o social.
Los antecedentes de este concepto se remontan a las castas durante la colonización española en América. Debido a los procesos de mestizaje, se creó una estratificación de la sociedad donde las personas europeas ocupaban los puestos más altos de la misma. Por otra parte, las personas indígenas y africanas, así como sus descendientes, eran marginadas y relegadas a vivir sin muchos derechos y libertades.
Si bien el dominio español en México y América terminó hace poco más de dos siglos, las consecuencias de quinientos años de la Colonia siguen presentes. Hoy en día, es común que las personas afrodescendientes o pertenecientes a pueblos originarios sean discriminadas, despojadas e incluso violentadas. Ya sea por su forma de hablar, su lugar de origen y sobre todo por su color de piel, en nuestro país existe una enorme desigualdad marcada por la pigmentocracia.
¿Cómo se vive la pigmentocracia en México?
Aunque en México existen leyes que prohíben cualquier forma de discriminación basada en el color de piel de las personas, es notorio que los espacios de privilegio son ocupados en su mayoría por personas blancas. Por otra parte, las personas que viven en situaciones de pobreza y marginación suelen presentar tonos de piel oscura, entre quienes se encuentran indígenas, afrodescendientes y migrantes.
Diversos estudios y organizaciones civiles han señalado cómo es que la sociedad mexicana está fragmentada debido al tono de piel de la población. Una de ellas es Oxfam, un organismo internacional dedicado a estudiar y combatir desigualdades sociales en el mundo.
De acuerdo a su publicación ‘Por mi raza hablará la desigualdad’, la discriminación racial está arraigada en el imaginario mexicano. Esto es observable en las condiciones socioeconómicas de la población, pues se revela que 37% de las personas mulatas y negras y 35% de quienes comentaron tener un tono de piel oscuro se encuentran entre los sectores sociales con menores capacidades económicas.
“Las personas pertenecientes a pueblos indígenas y afrodescendientes, o con rasgos físicos que las hacen vulnerables al racismo, no sólo serían más propensas a experimentar maltrato y discriminación a lo largo de su vida, sino que parten ya de una posición de desventaja social, debido a la acumulación histórica de carencias sociales”, afirma el mencionado estudio.
Pigmentocracia y movilidad social
Otro asunto que es necesario mencionar es la movilidad social. Este concepto alude a las posibilidades de una persona para cambiar su posición económica, mejorando o empeorando su situación. Esta está influenciada por varios factores, entre los cuales se encuentra la discriminación como uno clave.
Retomando el mismo estudio de Oxfam, para una persona con piel oscura es sumamente complicado alcanzar los estratos más altos a nivel socioeconómico. Para las mujeres morenas es 42% más difícil acceder al quintil superior de riqueza, mientras que en hombres el porcentaje es de 28%; en comparación a una persona de piel clara.
Este dato indica que la discriminación racial juega un papel importante en la distribución de la riqueza en México, así como en las oportunidades que tiene una persona para mejorar su condición económica.
Los datos son claros e indican que en México existe un sistema social y económico que discrimina a las personas con piel oscura y favorece a aquellas con piel clara. El racismo está presente en nuestro país, manifestado en experiencias que millones de personas viven día con día.
Es necesario atender este problema desde las instituciones públicas así como al interior de la misma sociedad. De esta manera, es posible crear un mundo más equitativo para quienes han vivido históricamente rezagadas y violentadas.




