- Hace falta financiamiento en el momento de la crisis
- Llegan apoyos federales hasta después de un año de solicitud
Los empresarios dedicados al sector de la transformación todavía siguen siendo víctimas de la crisis económica que comenzó en el 2008, sostuvo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA), Rafael Medina de Lara.
En la postura de la Iniciativa Privada, hace falta que la participación del gobierno sea más efectiva, “hemos tenido una estabilidad, hemos ido remontando esta situación económica tan crítica, pero definitivamente no hemos llegado ni a normalizar esta situación, todavía hay muchas cosas que nos faltan”, como llegar a indicadores presentados hace ya dos años.
Las medidas que tomará la Iniciativa Privada es el apostarle al capital humano a través de nuevas capacitaciones, así como el fomentar la voluntad entre los propios agremiados para no perder la esperanza de que haya un mejor escenario económico. “Por otro lado, estar presionando al gobierno para que se generan todas esa reformas que tan necesarias son para nosotros, necesitamos una reforma fiscal, una energética, una laboral, necesitamos una reforma de fondo”.
Manifestó que la legislación y la realidad esta muy distintas, por lo que hay una urgencia por adecuar el marco normativo a la competitividad que exige la globalización económica, considerando que de otra manera no puede verse un cambio favorable para los empresarios.
“Nosotros no podemos pagar mejores salarios, no podemos tecnificar nuestras empresa no podemos crecer, mientras no haya liquidez” que sea efecto de una producción más grande de las empresas.
Medina de Lara subrayó que para lograr estos proyectos de mayor impacto social y económico les hace falta el apoyo del aparato gubernamental a través de financiamientos blandos, señalando que en este primer semestre del 2010 apenas están recibiendo los créditos obtenidos desde el 2009, lo que significa una tardanza para las empresas a tal grado que el dinero no les ayuda a enfrentar sus problemas que van surgiendo en el corto plazo.
“Las situaciones difíciles de las empresas no pueden esperar, el pagar las nóminas y los compromisos que genera uno, no pueden esperar entre uno, dos o tres meses en un plazo ya muy largo”, subrayando que ante la falta de liquidez en el consumo, hacen una serie de procedimientos para ahorrar y así no sacrificar sus negocios.
Los créditos que los pequeños y medianos empresarios ocupan en su gran mayoría son emanados de los gobiernos, porque aquellos ofrecidos por la banca comercial representan intereses elevados que a la larga llegan a provocar dificultades en su pago.
El problema radica en que los recursos prometidos por el gobierno federal tardan aproximadamente un año en llegar a la bolsa del empresario, “no podemos entender que por un lado se nos exige eficiencia, que liberemos todo el empleo necesario y por otro lado no se nos da financiamiento o ya son muy tardíos, muchas veces hay empresas que no resisten más de tres semanas y los recursos son entregados hasta siete meses después”.
Finalizó en que los industriales requieren de mayor apoyo por la falta de una consolidación económica, enfatizando en que no hay un respaldo hacia la planta productiva en el país.




