Rodolfo Popoca Perches
Con el celebérrimo Concierto de Aranjuez del compositor español Joaquín Rodrigo, inició el octavo concierto de los nueve que componen el tercer capítulo de los cuatro programados para este año 2023 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, en donde se conmemora el 150 aniversario del nacimiento del compositor ruso Sergei Rachmaninov, ¿y por qué no?, los ochenta años de su fallecimiento, y se propone pagar la deuda por la conmemoración de los 200 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven que quedó pendiente a causa de la pandemia en el año 2020.
Este octavo programa inició, como ya lo comenté líneas arriba, con la interpretación del Concierto de Aranjuez, uno de los más conocidos conciertos para guitarra, e indispensable en el repertorio de cualquiera que se precie de ser un guitarrista de respeto. Es un concierto, como la mayoría, estructurado en tres movimientos, con un delicioso movimiento lento en medio de dos rápidos. El solista convocado para la interpretación del Aranjuez de Rodrigo, fue el maestro Carlos Viramontes trabajando con la batuta del maestro Román Revueltas.
Debo decir que no me satisfizo por completo la interpretación del Aranjuez, lo sentí muy atropellado en la parte solista y los dos primeros movimientos, Allegro con spirito y el conmovedor adagio, con un tempo muy lento, sin embargo, en el tercero, el Allegro gentile, el tempo ya era al que estamos acostumbrados, a menos claro, que así lo tenga preparado el solista, eso no lo sé. Creo también que la comunicación entre solista y director no fue exactamente la mejor.
Para agradecer los aplausos del público, el maestro Carlos Viramontes ofreció a manera de encore un arreglo para guitarra de la canción Granada de Agustín Lara.
Después del intermedio continuó el programa con la obra Jeux D’enfants, Op.22 Petite Suite del compositor francés Geroges Bizet, es decir, La pequeña Suite de Juegos de Niños, Op.22. Me llamó especialmente la atención de que cada vez que terminaba uno de los movimientos de la obra un sector del público, muy pocos, gracias a Dios, aplaudían, y el maestro Revueltas pedía con sus manos silencio, recordemos que el aplauso es al final de la obra con el fin de permitir que el flujo natural de la música no se vea interrumpido, pedir que se aplauda hasta el final no es una necedad, sino una necesidad con el fin de disfrutar mejor de la música.
Para la parte final del concierto se había programado, originalmente, Las metamorfosis sinfónicas sobre temas de Carl Maria von Weber, una verdadera delicia del compositor Paul Hindemith, pero que por alguna razón que no se explicó en el concierto, se cambió por la Sinfonía La Reina del maestro Franz Joseph Haydn, es la No.85 escrita en la tonalidad de si bemol mayor, y es la cuarta de un ciclo de seis sinfonías, de la 82 a la 87, conocidas como Sinfonías París, por cierto, después vendría el corpulento ciclo 12 sinfonías y que hoy identificamos como las Sinfonías Londres que comprenden de la 93 a la última que es la 104.
El Teatro Aguascalientes lució, otra vez, una extraordinaria entrada, salvo las primeras cuatro filas, que generalmente nunca se ocupan, la planta baja estaba llena, no sé realmente cómo estaría el acceso a la planta alta, pero yo vi bajar muchas personas al terminar el concierto. Como melómano e incondicional seguidor de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, celebro y me da mucho gusto ver que la OSA, a pesar de los problemas administrativos que padece, sigue teniendo un importante poder de convocatoria, es decir, la promoción de los conciertos es prácticamente nula, evidentemente no es suficiente con enviar boletines en los grupos de WhatsApp ni hacer publicaciones en redes sociales, es necesario hacer ruedas de prensa, entrevistas con los solistas, los directores, el titular y los huéspedes, conocer el perfil de quienes son protagonistas en un concierto, contar, por supuesto, eso es indispensable, con programas de mano que permitan al asistente a los conciertos, qué es lo que se va a interpretar, me ha tocado ser testigo más de una vez y este viernes sucedió, de que los asistentes al concierto preguntan qué es lo que se va a interpretar porque ya ni siquiera se cuenta con la posibilidad de tener acceso a los programas de mano de manera digital, la temporada pasada, por lo menos, estaba disponible un código QR que permitía descargarlo en el celular o en cualquier dispositivo, no obstante, esto me parece discriminatorio para quienes no usan la tecnología o por alguna razón no tienen acceso a ella, los programas de manos de manera física son insustituibles y absolutamente necesarios, como también es necesario abrir convocatorias para audiciones para nuevos músicos, es una urgencia completar la plantilla de la OSA que es de 80 músicos, aunque ahora sólo se cuenten con 66, y así mismo también se deberían hacer convocatorias, por lo menos, para gerente, jefe de personal y bibliotecario, lo que se tiene ahora deja mucho que desear.
Para la próxima semana, que es el cierre de temporada, se ha programado El Concierto Andaluz, también de Joaquín Rodrigo con la participación de los maestros David García, Saúl Castañeda, Andrew Quiñones y Humberto Concha en las guitarras. El concierto concluye con un verdadero manjar del sinfonismo neorromántico, la Sinfonía No.2, Op.27 en mi menor de Sergei Rachmaniniv, la dirección estará a cargo del maestro Román Revueltas. Nos vemos, si Dios no dispone lo contrario, en el Teatro Aguascalientes el viernes 29 a las 20:30 horas, y no olvides apoyar a nuestra máxima fortaleza cultural, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.




